Poco a poco los coches eléctricos están viendo como las baterías evolucionan de forma imparable. Algo que junto con el despegue de las redes de carga rápida, hará que el aspecto de la autonomía pase a un segundo plano en pocos años. Aspectos que harán que muchos clientes se decanten por una u otra opción por una cuestión pasional más que racional. Es ahí donde propuestas tan radicales como el Hyundai RM20e N pueden tener su hueco.
Hablamos de un prototipo eléctrico destinado a labores publicitarias y como forma de explorar la próxima generación de competiciones del motor. Un modelo dotado de un sistema de propulsión brutal que le permiten ofrecer unas prestaciones de infarto, pero en un sistema silencioso y sin emisiones.
Este compacto monta un sistema de 800V que empuja desde el eje trasero con una potencia de nada menos que 596 kW (813 CV) que le propulsan hasta los 100 km/h en menos de 3 segundos, y hasta los 200 km/h en 9.88 segundos.
Un desarrollo propio del equipo de Hyundai que monta una batería de 60 kWh, capaz de ofrecer una potencia de salida pico de 600 kW, que además está dotada de un circuito de recarga de 705V. Un aspecto que le permiten acceder a recargas ultra rápidas.
Un prototipo dotado de un conjunto de alerones y difusores extremos, que le permiten pegarse al asfalto en sus tandas dentro del circuito.
Pero aunque desde Hyundai no se ha dicho nada sobre ello, sin duda una propuesta como esta tendría espacio en el mercado europeo. Un compacto con un diseño algo más pulido, pero sin perder esa esencia de malote, con un sistema de propulsión también algo más civilizado que permita que no se disparen los costes.
Una propuesta que permitiría a su propietario el disfrutar de un coche eficiente para el día a día, con la posibilidad de transformarse los fines de semana en una bestia de circuito capaz de superar a grandes superdeportivos de combustión.
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