Las conversiones de coches clásicos en eléctricos ganan popularidad

Las conversiones de coches clásicos en eléctricos están ganando popularidad en los últimos tiempos, pues cada vez son más las empresas que se introducen en este negocio, la mayoría de ellas enfocadas en la transformación de vehículos de alta gama (por ejemplo, la compañía Lunaz se ha especializado en la transformación de clásicos de Jaguar y Rolls-Royce).

Sin embargo, estas iniciativas no están exentas de críticas por parte de algunos aficionados, que consideran que modificar el tren motriz de un coche clásico supone no respetar la herencia histórica del vehículo, haciendo que pierda todo su valor como patrimonio industrial. A pesar de ello, son muchos los clientes que quieren aunar la distinción de conducir un vehículo clásico con las ventajas de un eléctrico en el día a día.

«Un tipo de cliente completamente nuevo pide un tren motriz sostenible. El mundo está cambiando. La legislación global y las actitudes cambiantes hacia la sostenibilidad [están] impulsando la demanda de alternativas ecológicas», declara David Lorenz, creador de Lunaz, el cual considera que los coches clásicos convertidos en el eléctricos «representan lo último en movilidad sostenible».

Además, responde a aquellos que critican estas conversiones: «El mundo está cambiando, la generación de mi hija no disfrutará del mismo acceso a los coches clásicos. Estamos comprometidos con la preservación de algunos de los objetos más importantes de la historia». Los precios de los modelos de Lunaz son elevados, pues parten de las 350.000 libras (387.000 euros); sin embargo, a pesar de ello la compañía ha visto aumentar tanto la demanda en los últimos tiempos que ha tenido que doblar su fuerza laboral en Silverstone.

En el caso del Jaguar XK120 eléctrico de Lunaz, nos encontramos ante un modelo que mejora notablemente las prestaciones del vehículo original: alcanza los 375 cv de potencia y los 700 Nm de par, hace el 0 a 60 millas por hora (0-96,6 km/h) en solo 5 segundos, dispone de una batería de 80 kWh, y promete una autonomía de 330 km por carga.

Sin embargo, y por interesante que sean estas conversiones desde un punto de vista técnico, lo cierto es que las transformaciones de coches clásicos apenas tendrán efecto en la lucha contra el cambio climático: este tipo de vehículos suponen un porcentaje insignificante del parque automovilístico actual; además, apenas recorren kilómetros al año, pues no son automóviles de uso diario.

Perder el interesante legado histórico que son los coches clásicos transformándolos en un tipo de vehículo diferente que solo mantiene el «cascarón» original no es la solución a los problemas de contaminación actuales, algo que solo se solventará cuando los coches convencionales sean sustituidos por modelos cero emisiones.

Fuente | Auto Express

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