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El impacto de las baterías es inferior al de los combustibles fósiles

«Fabricar la batería para un coche eléctrico produce la misma cantidad de CO2 que conducir un coche de gasolina durante ocho años.» Todos hemos escuchado esta frase alguna vez, si bien ha quedado demostrado en numerosas ocasiones que dicha frase no es cierta.

Los vehículos eléctricos son conocidos como una alternativa más eco friendly a los modelos de combustión. Sin embargo, numerosas publicaciones continúan afirmando que son más perjudiciales debido a la fabricación de las baterías. Este tipo de críticas no es algo nuevo, es algo que el mundo del automóvil tiene presente casi a diario. Otro argumento utilizado es el afirmar que los coches eléctricos no son cero emisiones.

Los vehículos eléctricos a batería (BEV) requieren una batería de litio de gran tamaño que sea capaz de suministrar suficiente energía y potencia. Dichas baterías son similares en composición a las encontradas en los teléfonos móviles o los ordenadores portátiles. Debido a un requerimiento mucho mayor de materiales metálicos, junto con su extracción y posterior tratamiento, se necesita más energía que para fabricar las baterías de ácido-plomo empleadas en los vehículos a combustión.

La cantidad de CO2 generado durante su producción depende fundamentalmente de dónde se fabrique dicha batería. O de qué mix energético emplee la factoría, según Zeke Hausfather, científico climático. 

Producir una batería de 75 kWh para un Tesla Model 3 daría como resultado la emisión de 4500 kilogramos de CO2 si se fabricara en la fábrica de baterías de Tesla en Nevada. Estas emisiones serían equivalentes a conducir un sedán gasolina durante 1.4 años, a una distancia promedio anual de 20000 km, afirma Hausfather.

Si la batería se fabricara en Asia, fabricarla produciría 7500 kg de dióxido de carbono, o el equivalente a conducir dicho sedán durante 2.4 años, bastante lejos de los ocho años anunciados por numerosas publicaciones. Hausfather dijo que las emisiones en Asia se pueden atribuir a su mix energético, con mayor presencia de carbón. El continente depende más del carbón para la producción de energía, mientras que la fábrica de Tesla en Nevada utiliza fundamentalmente energía solar.

«Más de la mitad de las emisiones asociadas con la fabricación de baterías están asociadas a las emisiones procedentes de la generación de electricidad,» dijo Hausfather. «A medida que la red eléctrica se descarbonice, las emisiones asociadas con la producción de baterías disminuirán. No ocurre lo mismo con las emisiones del tubo de escape de los vehículos a combustión».

Un informe de 2015 sacó a la luz que, considerando las diferentes fuentes de electricidad para la carga, un vehículo eléctrico emite hasta un 50% menos de gases de efecto invernadero que un automóvil de gasolina de tamaño y prestaciones similares.

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Fuente | Polifact

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