La startup estadounidense Nikola continúa sumida en una profunda crisis interna. La compañía recibió un duro golpe el año pasado tras ser acusada de fraude por el fondo Hindenburg Research, que afirmó en un informe respaldado por toda clase de pruebas (testimonios de empleados, correos electrónicos, etc) que la empresa carecía de tecnología propia y que en realidad era una intrincada estafa.
Si bien Nikola negó dichas acusaciones y su fundador Trevor Milton abandonó sus cargos (aunque se mantuvo como accionista), la credibilidad de la marca se vio gravemente comprometida, pues admitió que los vídeos de su camión de hidrógeno One habían sido grabados con una unidad no funcional que fue «lanzada» cuesta abajo para que pareciera que era capaz de desplazarse por sus propios medios.
A raíz de esto, su acuerdo estratégico con General Motors se vio debilitado, lo que conllevó la cancelación del desarrollo de la pick-up Badger. Además, las pérdidas comenzaron a acumularse trimestre tras trimestre a pesar de que la startup todavía contaba con poderosos socios como IVECO, con el que se encuentra desarrollando el camión Tre.
La situación no ha mejorado mucho desde entonces, pues las acciones de la empresa a día de hoy tienen un valor de 14 dólares, muy por debajo del máximo de 65 dólares que llegaron a alcanzar. Además, la semana pasada los inversores de Nikola rechazaron una propuesta que habría supuesto compensar con millones de dólares a los principales ejecutivos de la empresa, entre los que se encuentra el propio Milton.
Nikola continúa sumida en una fuerte crisis interna
Esta decisión probablemente busque evitar que dicha cúpula se enriquezca antes de haber llegado siquiera a demostrar que Nikola cuenta con tecnología de desarrollo propio, pues ni uno solo de los ambiciosos planes prometidos cuando salió a bolsa se han materializado, algo que refuerza las sospechas de que se exageró su potencial.
De los 3.000 millones de dólares que Nikola llegó a recaudar en su momento, apenas le quedan unos 900 millones. Curiosamente, su valoración sigue siendo de unos 5.000 millones de dólares, sorprendentemente elevada para tratarse una empresa con una reputación tan dudosa como la suya; sin embargo, esta cifra está muy por debajo de los 30.000 millones de dólares que llegó a valer.
Fuente | Input Mag
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