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El drama de los fabricantes tradicionales con su red de concesionarios en su transición al coche eléctrico

Desde hace tiempo venido escuchando cosas como que el coche eléctrico es mucho más sencillo que el de combustión. Que necesitará menos recambios y mantenimientos. Algo a lo que ahora podemos sumar un modelo de negocio cada vez más digital donde los ingresos llegarán por las ventas por internet y las suscripciones. Algo tendrá irremediablemente su impacto en una enorme red de concesionarios que corren el riesgo de ser en su mayor parte irrelevantes para las marcas.

El primer gran ejemplo en España lo hemos visto esta semana con el anuncio del gigante Stellantis. La antigua PSA que después de absorber a FIAT-Chrysler se ha convertido en un conglomerado de 8 marcas: Peugeot, Citroën, DS, Opel, Fiat, Jeep, Alfa Romeo y Abarth.

Ahora Stellantis España ha confirmado un duro plan de ajuste de su red de concesionarios, que supondrá prescindir del 39% de los puntos de ventas actuales a partir de 2023. 

Esto significa que muchos de los actuales concesionarios tendrán que dejar de vender los productos del grupo, y cerrar o cambiar de marca o formato de trabajo a un modelo individual. Pero no podrán seguir siendo parte de la red de Stellantis.

En total esto afectará a 129 empresas, de las cuales 31 corresponden a la red de Citroën (34% del total de su red); 5 a la de DS (14% del total); 23 a la red de Peugeot (23% del total); 35 a la de FCA (46% del total); y 35 a la red de concesionarios de Opel (37% del total).

Tienda DS A Coruña

En el comunicado, desde Stellantis de ha indicado que el objetivo es «promover un modelo de distribución sostenible apoyándose en una red de distribución multimarca Stellantis eficiente y optimizada, que represente a las marcas localmente y garantice el desarrollo de las actividades de venta y posventa«.

Pero lo que está claro es que el grupo busca quedarse con una red más delgada y rentable, eliminando muchos puntos de bajo valor añadido en un sector en plena transformación que dará como resultado un modelo totalmente diferente al visto hasta ahora.

Sin duda el punto más curioso es el que indica el modelo de negocio que buscan, y que nos suena mucho al aplicado por otra conocida marca que vende coches eléctricos.

Stellantis apostará por tiendas o stores en los centros de las ciudades, en lugares como centros comerciales, donde mostrarán y comercializarán sus modelos, mientras que los concesionarios y los talleres, encargados de las entregas y el servicio postventa, se situarán en las afueras de las ciudades.

Algo que nos avisa del duro proceso que tendrá que vivir una sobredimensionada red de concesionarios que permite a los clientes poder disfrutar de un servicio cercano en prácticamente cualquier ciudad medianamente grande, pero que como vemos tiene un elevado coste que con el coche eléctrico los fabricantes no parecen estar dispuestos a mantener, lo que forzosamente nos llevará a un proceso de fusiones y cierres que adelgazará de forma importante la actual red comercial.

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