Hace unas semanas saltaba la noticia de que Tesla finalmente abriría su red de Supercargadores a los coches eléctricos de otras marcas. Un paso largamente esperado y rumoreado que al mismo tiempo ha levantado algunas preguntas de cómo gestionará Tesla el acceso en las zonas y épocas de mayor demanda. Algo que buscarán atajar con una gran expansión en los próximos meses.
Así lo indican las múltiples ofertas de trabajo para puestos como el de responsables de diseño de infraestructura de carga. Un puesto relacionado con la red de Supercargadores y la apertura de nuevas estaciones.
El reto no es menor, y eso a pesar de que el fabricante ha estado aplicando un ritmo de crecimiento más que importante, con un crecimiento de un 49% anual de los puntos en funcionamiento. Algo que parece no será suficiente para la marca americana que busca seguir creciendo.
Una red formada en la actualidad por 2.966 estaciones y un total de 26.900 puntos repartidos por diferentes mercados, que en el segundo semestre de este año vivirán un nuevo empujón para anticipar la apertura de la red.
Un crecimiento que en España ha supuesto pasar de 14 estaciones en 2017, a las 34 activas en la actualidad. Algo que ha permitido amortiguar sin problemas la llegada del Model 3 a nuestro mercado. Estaciones a las que se añadirán otras 12 previstas, aunque muchas de ellas ya para 2022.
Por lo tanto, no sería extraño que en cuestión de seis meses o un año, Tesla lograse duplicar el número de estaciones en funcionamiento en los diferentes mercados. Con algunos más favorecidos debido a la mayor densidad de ventas de Tesla, y de otros coches eléctricos.
En Europa destaca el caso de Alemania, donde cuentan con unas 1.000 tomas, y que tienen un proyecto levantar 50 nuevas estaciones, que supondrá activar al menos unos 400 puntos adicionales en los próximos meses.
Ahora la pregunta es si será suficiente este empujón. Un despliegue al que en los próximos meses tendremos que añadir al de resto de operadores, lo que supondrá que para cuando Tesla abra su red, la oferta de otras redes de carga será mayor que la actual. También la cantidad de coches en la carretera.
Una dinámica que obligará al fabricante americano a buscar un equilibrio entre encontrar la rentabilidad de su red de carga, y no colapsarla en las épocas de mayores desplazamientos eliminando de un plumazo uno de sus principales puntos a favor.
