Artemis, la división de desarrollos avanzados de Audi, se encuentra actualmente trabajando en el «proyecto Landjet», que dará lugar a tres coches eléctricos de lujo vendidos bajo las marcas Audi, Bentley y Porsche. Estos vehículos, que llegarán al mercado a mediados de la década, se convertirán en los nuevos buques insignia del Grupo Volkswagen.
Dentro de la gama Audi, el modelo resultante del «proyecto Landjet» será el encargado de sustituir al actual A8 en el segmento F (berlinas de representación). Desde hace un tiempo se sabe que el nuevo vehículo no retomará la carrocería sedán de su predecesor, apostando por una radical silueta shooting brake que le permitirá marcar distancia con sus rivales.
Aunque todavía faltan varios años para la entrada en escena del «proyecto Landjet», Audi ya nos ofrece un primer adelanto de sus líneas maestras con el Grandsphere Concept, un prototipo que debutará la semana que viene durante el Salón del Automóvil de Múnich. ¿Qué podemos esperar del nuevo tope de gama de la firma de los cuatro aros?
Como era de esperar, el Grandsphere Concept emplea la plataforma modular PPE del Grupo Volkswagen, desarrollada conjuntamente por Audi y Porsche. Esta arquitectura, que debutará el año que viene con los Audi A6 e-tron y Porsche Macan de segunda generación, será notablemente más avanzada que la MEB vista en modelos como el Audi Q4 e-tron.
El prototipo dispone de un pack de baterías de 120 kWh de capacidad, el cual le proporciona una autonomía superior a los 750 km WLTP. Gracias al empleo de una arquitectura eléctrica de 800 voltios, el Grandsphere Concept puede cargar a un máximo de 270 kW de potencia en corriente continua, recuperando unos 300 km en apenas 10 minutos y pasando del 5 al 80% de carga en 25 minutos.
El tren motriz tampoco se queda atrás: formado por dos motores eléctricos (uno en cada eje, lo que le da tracción total), eroga una potencia combinada de 721 CV (530 kW) y un par máximo de 960 Nm. Gracias a este salvaje conjunto, el modelo es capaz de hacer el 0 a 100 km/h en poco más de cuatro segundos.
El «proyecto Landjet» está siendo desarrollado por la división Artemis de Audi
Desde un punto de vista estético, el Audi Grandsphere Concept no deja indiferente a nadie. Como hemos dicho antes, no se trata de una berlina al uso, pero tampoco podríamos considerarlo un familiar, pues la caída del techo es tan suave y horizontal que desde ciertos ángulos recuerda más a un fastback que a un shooting brake. Un detalle especialmente llamativo es la diminuta luna trasera completamente vertical, elemento que recuerda a algunos Renault de principios del milenio (Avantime, Megane II, Vel Satis…).
El lenguaje de diseño se presenta como una evolución del empleado actualmente por la marca, más puro y libre de aditamentos innecesarios. Se conserva la clásica parrilla hexagonal Singleframe, aunque situada en una posición más baja que en las propuestas térmicas de la compañía. El techo está realizado en cristal, y no faltan toques vanguardistas como unas cámaras en sustitución de los clásicos espejos retrovisores.
Dado que estamos hablando de un vehículo de dimensiones colosales (5,35 metros de largo; es decir, 5 centímetros más que un A8 L), el habitáculo es suntuoso, como no podía ser de otra forma. No hay pilar B, y las puertas traseras de apertura suicida dan paso a un banco que recuerda más al lujoso sofá que encontraríamos en una suite de un hotel de cinco estrellas que a los asientos de un automóvil.
Dado que el «proyecto Landjet» tendrá capacidades autónomas avanzadas (la tecnología empleada provendrá de Argo AI, la empresa de conducción autónoma de Ford y Volkswagen), Audi ha decidido dotar al Grandsphere Concept de un volante escamoteable. El salpicadero, de diseño envolvente, está realizado en madera y apenas cuenta con controles físicos.
