Corren buenos tiempos para Volvo. La firma sueca, perteneciente al grupo Geely desde 2010, está viviendo una nueva época dorada gracias a la popularidad de su gama SUV en los principales mercados mundiales. Además, su joven marca deportiva Polestar, especializada en el desarrollo de coches eléctricos de altas prestaciones, está implantándose con rapidez a nivel global.
Volvo cuenta actualmente con una de las estrategias de electrificación más ambiciosas de la industria: de cara al año 2025, la compañía aspira a que la mitad de sus ventas se correspondan con modelos híbridos y la otra mitad con eléctricos puros, mientras que en 2030 pasará a vender exclusivamente este último tipo de vehículos. Para entonces también habrá adoptado un modelo de venta directa online.
A pesar de que muchos analistas señalan que la transición a la movilidad eléctrica podría conllevar una reducción de la capacidad de producción de los fabricantes generalistas, este no será el caso de las marcas premium, cuyo negocio podría verse muy beneficiado a medio plazo. El mejor ejemplo lo encontramos precisamente en Volvo, que está estudiando levantar una tercera planta en Europa.
Actualmente, la empresa opera dos factorías en el viejo continente: Torslanda (Suecia) y Gante (Bélgica). De acuerdo con un portavoz de Volvo, la construcción de una nueva fábrica permitiría a la marca incrementar su capacidad de producción más allá de los 1,2 millones de automóviles al año. En un principio, las nuevas instalaciones entrarían en funcionamiento a mediados de la década.
Volvo será una marca 100% eléctrica en 2030
Aunque sobre el papel Volvo ya podría producir 1,2 millones de vehículos anualmente en Torslanda y Gante (actualmente su capacidad combinada ronda las 800.000 unidades al año), la compañía quiere ir un paso más allá, lo que evidencia sus ambiciosos planes de expansión, íntimamente ligados a su paulatina electrificación.
«Lo que podemos decir en esta etapa es que no se ha tomado ninguna decisión. Sin embargo, Volvo Cars ha crecido rápidamente durante la última década y apunta a seguir creciendo a un ritmo similar en el futuro», señala el portavoz. Bjorn Annwall, director financiero de Volvo, añade por su parte: «Necesitamos nuestras dos plantas en Europa… pero necesitamos más. Por eso queremos construir una tercera planta».
A día de hoy, Volvo fabrica algunos de sus vehículos (S90, Polestar 2) en China. Sin embargo, se espera que la llegada de nuevos modelos como el inminente XC20 Recharge, un B-SUV eléctrico llamado a convertirse en su propuesta de acceso, refuerce la posición de sus plantas europeas (en consonancia con el mayor volumen de ventas previsto).
Fuente | Reuters
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