Con el incremento de los costes eléctricos, la energía solar se ha posicionado como una de las soluciones más eficientes a la hora de reducir la factura de la luz de las familias. El principal problema es que para ahorrar, hay que gastar. Una pescadilla que se muerde la cola y que desde el Gobierno de Australia se han lanzado a solucionar con la instalación gratuita de placas fotovoltaicas en viviendas de rentas bajas.
Nueva Gales del Sur ha sido una de las primeras en poner en marcha este programa que en su fase inicial contará con un presupuesto de 50 millones de dólares.
El sistema funcionará como una aportación de la administración, que se encargará de la instalación de un sistema fotovoltaico de 3 kW que será colocada de forma totalmente gratuita. De esa forma se evita el impacto de una posible ayuda a la hora de la fiscalidad.
Para poder acceder al sistema, los solicitantes deben ser propietarios de la vivienda, y estar recibiendo una ayuda básica para rentas bajas que otorga el gobierno. Una ayuda a la que tendrán que renunciar durante 10 años al estimar la administración que el ahorro energético compensará esta reducción de ingresos.
También podrán acceder aquellas personas que estén cobrando una pensión del gobierno, lo que permite a los jubilados con una vivienda poder reducir su factura energética que según la administración se situará en torno a los 600 dólares anuales por instalación.
Un proyecto que desde la administración se indica ayudará a luchar contra la pobreza energética al poner a disposición todos los beneficios de la energía solar a muchas personas que no pueden permitirse el importante desembolso que supone.
Una acción que además puede tener el efecto llamada entre otros vecinos que si pueden permitirse la inversión, pero que por cualquier razón todavía no lo han hecho.
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Fuente | Energysaver.gob
