John Deere compra Kreisel Electric para comenzar la electrificación de su maquinaria de construcción y agrícola

Mientras que sectores como el transporte personal está dando enormes pasos adelante en su transformación hacia los sistemas eléctricos, otros como el agrícola se están quedando atrás. Algo que impide al sector aprovechar los beneficios del menor coste operativo y reducción de emisiones que serían de gran ayuda en una era de incremento de costes. Ahora, el fabricante norteamericano John Deere ha confirmado la compra del desarrollador austríaco Kreisel Electric, para comenzar la electrificación de su oferta.

Como recordaréis, hemos hablado en varias ocasiones de Kreisel, que hace unos años se han hecho conocidos por sus modificaciones a coches eléctricos a los que instalaban packs que duplicaban o triplicaban las capacidades de los modelos de serie.

Además han desarrollado su propia tecnología de baterías, e incluso se han lanzado al diseño de una plataforma de infraestructura de carga (CHIMERO) que utiliza esta tecnología de batería patentada.

Uno de los factores que ha llevado a John Deere a comprar Kreisel Electric ha sido su desarrollo de módulos y pack de baterías refrigeradas por inmersión. Una tecnología que permite aplicaciones de altos requisitos de potencia, como es el caso de la maquinaria agrícola o la de construcción.

Otro es que el sistema de carga CHIMERO utiliza un innovador sistema de baterías de respaldo. Algo que permite instalar puntos de elevada potencia que no tienen impacto en la red eléctrica. Un apartado también clave para aplicaciones donde la red eléctrica general puede no llegar con las mejores condiciones.

El objetivo es cubrir una demanda que desde John Deere esperan se dispare en los próximos años en aplicaciones como equipos cortar el césped, tractores compactos, equipos de construcción, así como vehículos para el mantenimiento de carreteras, que indican cada vez contarán con más demanda de vehículos eléctricos.

Por su parte, Kreisel Electric se beneficiará de la experiencia, la presencia global y la financiación del gigante americano para poder ampliar sus trabajos de desarrollo y expandir sus capacidades de producción. Todo manteniendo a sus empleados, su nombre de marca y su marca registrada, además de su sede central situada en Rainbach im Mühlkreis, Austria.

Una John Deere que hace unos cuantos años que experimenta con maquinaria como tractores eléctricos, de los cuales presentó un prototipo en 2018 dotado de una batería de 130 kWh de capacidad, que le permitía completar hasta 4 horas de trabajo ininterrumpido. Una batería que se podía cargar en tres horas mediante una toma de carga rápida, y el fabricante además indicaba, estaba preparada para soportar hasta 3.100 ciclos de carga y descarga.

Ahora con la nueva tecnología de Kreisel, es de esperar que mejore el producto y sea mucho más competitivo para poder por fin ofrecer una alternativa viable técnica y comercialmente.

Fuente | John Deere