A pesar de que las expectativas eran que Tesla lograse sacar las primeras unidades de la Giga Berlin a finales de este año, finalmente esto no sucederá ya que todavía no tiene el permiso definitivo de las administraciones. Algo que todavía está en el aire por una cuestión. El consumo de agua.
Según los medios germanos, el Tribunal Administrativo de Cottbus tendrá que decidir entre enero y febrero si concede el visto bueno al arranque de las operaciones en la instalación europea de Tesla.
El principal problema para el fabricante americano es el contencioso que están teniendo los grupos ambientalistas y grupos de vecinos de una mina de lignito cercana. Una instalación que ya ha sido cerrada dos veces por el excesivo consumo de agua que ha multiplicado por mucho los litros permitidos. Algo que juega en contra de Tesla que está bajo lupa.
La instalación de los de Elon Musk tendrá un consumo de 1.4 millones de metros cúbicos de agua al año. Para ello, la asociación del agua WSE quiere sacarlo del pozo Eggersdorf lo que permitirá reducir el impacto en los acuíferos cercanos a la instalación en caso de que el consumo sea superior al indicado. Tal como ha sucedido con la cercana mina.
Pero para ello habrá que realizar una serie de obras de adaptación, y para ello se necesitan los permisos correspondientes. Algo que debería suceder a lo largo de enero, o principio de febrero.
En contra de esta decisión están los grupos de vecinos y los ambientalistas, que ahora cuentan con una baza a su favor con el escándalo del consumo de la mina. Algo que podría suponer nuevos retrasos a una instalación clave para los americanos, que esperaban poder escalar la producción y añadir otras
Una planta donde Tesla tiene previsto fabricar en una primera fase un 1.000 unidades semanalmente del Model Y, a lo que se podrá añadir posteriormente la línea prevista para el Model 3, y que ayudarán al objetivo de lograr el hito del millón de unidades a nivel global para 2022.