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El gas natural comprimido (GNC) ha duplicado su precio, hay que rehacer las matemáticas

A lo largo de 2021 el precio del gas natural -metano- se ha disparado a nivel mundial por restricciones de suministro; Rusia bombea menos gas por razones políticas, y eso se nota. Lo hemos notado a base de bien por la escalada de los precios de la electricidad, pero los conductores que usan el metano en sus coches y furgonetas lo habían estado esquivando. Ya no.

Durante años el precio del kilo de gas natural comprimido, o GNC, se ha mantenido muy estable, 80 céntimos a 1 euro en la mayoría de surtidores. Esto permitía a los conductores con vehículos adaptados el circular al precio por kilómetro más bajo sin recurrir a electrificación; era más económico que el GLP (butano/propano), el gasóleo, y por supuesto la gasolina. Ya no.

Entre los últimos compases de 2021 y principios de este año la cuesta de enero se ha empinado mucho para los automovilistas que usan gas natural comprimido, porque el precio ya ha superado los 2 euros por kilo, prácticamente de golpe. El GLP también ha ido subiendo, sí, pero de una forma mucho más moderada, y resistiéndose a llegar a la cifra psicológica de 90 céntimos por litro. Ahora es más caro moverse con GNC que con GLP en varios casos, aunque no siempre.

El precio del GNC y su evolución

Superar la barrera psicológica del euro por kilo de GNC altera a muchos las matemáticas que hicieron cuando compraron su coche o furgoneta, pero sobre todo a los que tienen los modelos más modernos. Me refiero a los SEAT León, Skoda Octavia y compañía, todos del Grupo Volkswagen, que acomodaron bombonas más grandes para maximizar la autonomía con gas, y redujeron el depósito de gasolina a la mínima expresión, algunos modelos solo acomodan 9 litros -para emergencias y para arrancar, básicamente-.

No obstante, la gasolina también está por las nubes, y en gasolineras abanderadas es muy difícil ver los precios del E5/E10 de 95 octanos por debajo de 1,5 euros por litro. De esta forma, el precio por kilómetro a gas y a gasolina están muy parejos. Esto significa que el ahorro que se estaba acumulando durante meses se ha frenado en seco, al menos temporalmente.

Porque esta situación no es permanente, se trata de algo puntual y que puede durar tal vez unos meses. Si se enquistase como algo crónico, supondría un daño bestial para nuestra economía, porque el 90% de las mercancías en España se mueven por carretera, y la gran mayoría del tonelaje lo están moviendo vehículos de combustión interna. A corto plazo, puede haber un alivio en primavera porque se consume menos gas para calentar hogares, así que habrá menor consumo y el precio vehicular puede volver a bajar.

Un turismo pequeño o medio consume unos 3-4 kg de metano cada 100 kilómetros, así que a 2 euros por kilo los 100 km pueden salir a 6-8 euros

¿Fue un error comprar un coche con gas natural comprimido?

No, porque se ha podido ahorrar mucho en combustible -y sobre todo en impuestos de hidrocarburos- durante meses o años, según el caso. La red de repostaje es cierto que no ha crecido conforme a las expectativas de los automovilistas, con en torno a 100 surtidores, lo cual limita mucho las posibilidades de elección y sobre todo en las provincias menos pobladas.

Los 2 euros por kilo no se han alcanzado en todas partes, podemos encontrar el kilo de GNC en León a 1,19 euros o a 1,68 euros en Madrid, pero está claro que si el gas natural está por las nubes, entre otros por las tensiones con Rusia, los precios tienen inevitablemente que subir. Cuando escampe esta tormenta energética las aguas pueden volver a su cauce… hasta que se cambien los impuestos, que para el GNC son mínimos en la Unión Europea.

Mientras la electrificación era minoritaria, el uso de combustibles alternativos gaseosos ha sido una forma de reducir paulatinamente las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en automoción, y las emisiones contaminantes también, aunque algunos estudios ponen eso en duda si se entran a considerar los escapes de la red de distribución de metano. Sí, el metano (CH4) suelto al aire libre es peor para el cambio climático que el denostado dióxido de carbono. Siguen siendo vehículos térmicos, pero no son los peores.

De todas formas, hay que recordar que el metano se puede convertir en un recurso «renovable», en la medida de que puede recuperarse de procesos naturales, como la descomposición de materia orgánica en vertederos, o producirse de forma sintética usando energías renovables y aire normal y corriente. El metano es el hidrocarburo más simple que existe, un átomo de carbono asociado a cuatro de hidrógeno, y aún así tiene buena densidad energética por masa, por volumen ya no tanto.

Los conductores que emplean gas natural comprimido en turismos o furgonetas han tenido que pagar un peaje en la adquisición o transformación de su vehículo en forma de menor espacio para el maletero, además del sobrecoste que implica tener todo homologado conforme a normativa ECE R-110. En España, los vehículos que tienen derecho al distintivo C (gasolina Euro 4-6) ascienden al ECO si están transformados para funcionar con gas o vienen así de fábrica.

Obviando vehículos electrificados, es lo más ecológico que hay sin acudir al comodín de combustibles sintéticos 100% «verdes» -comercialmente no existen-

Aunque han tenido una oferta comercial razonable durante un tiempo, ahora mismo los turismos y furgonetas a GNC solo los ofrece nuevos el Grupo Volkswagen. Skoda ofrece los Kamiq, Scala y Octavia, SEAT los Ibiza, Arona y León. Volkswagen tenía los Golf y Caddy. Durante un tiempo tocará apretar los dientes al repostar, confiando en que esta crisis quede atrás y los precios vuelvan a un nivel más estable.

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