Han pasado más de ocho años desde la fundación de Faraday Future, una empresa que todavía no ha fabricado ningún coche eléctrico en serie y ligada al polémico empresario chino Jia Yueting. La publicación de sus últimos resultados trimestrales nos da una idea mucho más filedigna de cuál es su situación, una vez se ha disperado el humo, con la administradora Susan Swenson al mando.
La compañía ha publicado la siguiente cifra: 401. Se trata de 401 reservas que son todavía reembolsables y no vinculantes, no son pedidos formales ni se han pagado en su totalidad. Los que han efectuado su reserva pueden recuperar los 5.000 dólares adelantados por el FF91 Futuristic Alliance Edition o 1.500 dólares en el caso del FF91 Futurist -modelo básico-.
Los precios del FF91 todavía no se han conocido pero se especula con tarifas en el entorno de los 200.000 dólares, muy por encima de los precios de Lucid Motors o Mercedes-Benz. De materlizarse 401 pedidos, grosso modo podrían facturarse 80 millones de dólares. Cerrado el primer trimestre, Faraday Future ha perdido 149 millones de dólares (19 millones el año pasado), tiene 276 millones en caja, sus activos se valoran en 706 millones y tiene 271 millones en deudas.
De momento, Faraday Future tiene salud financiera. Sus activos superan a sus pasivos, logró captar mucho dinero de los inversores para aguantar durante meses sin fabricar coches ni facturar un solo dólar
El plan de la compañía es empezara fabricar coches en julio. Recibió un duro revés antes de terminar el año, al descubrirse un pastel muy grande. Como ya os explicamos, se descubrió que no había 14.000 reservas de sus coches, sino suscriptores a una lista de correo electrónico. Y no era la primera vez, porque después del CES de Las Vegas de 2017 anunciaron 64.124 reservas en 36 horas.
Esta vez, las 401 reservas no son humo -presumiblemente- y es un número muy bajo. Esas reservas hay que convertirlas en pedidos. Durante meses la capacidad de producción no será elevada, así que es industrialmente aceptable tener pocos pedidos. Pero los fabricantes de coches eléctricos de nuevo cuño se miden a nivel de éxito por cómo es de grande la lista de espera. La de Faraday Future es muy pequeña.
El fabricante necesita recuperar credibilidad, muy afectada por el demoledor informe de J Capital Research y por un pleito colectivo iniciado por dos accionistas contra la compañía. Si salen de esta, y empiezan a fabricar coches, puede que les lleguen más reservas y pedidos. Seguro que les ayudan aquellas aves rapaces que se dedican a comprar primeras series de coches eléctricos y revenderlos con un notable sobreprecio. Hasta la fecha, la burbuja no se ha pinchado, y mantienen los valores residuales altos.
