Al menos 14 millones de toneladas de plástico terminan en el océano cada año. Un grave problema ambiental que ya afecta a nuestra salud y que parece irá a más cada año. Una basura que representa el 80% de todos los desechos marinos del mar, y que ahora podrían tener un uso produciendo hidrógeno verde.
Para ello la empresa norteamericana H2 Industries se ha unido a la firma de arquitectura naval TECHNOLOG Services para el desarrollo de un prototipo de buque capaz de recolectar el plástico del mar para convertirlo en hidrógeno, almacenarlo, y finalmente transportarlo para su uso en otras aplicaciones.
El buque tendrá 150 metros de eslora y viajará a una velocidad de cuatro nudos cuando esté recolectando los desechos plásticos. Para ello se ayudará de otras dos embarcaciones más pequeñas que remolcan una red de 3 kilómetros que canaliza los desechos desde la superficie hasta diez metros por debajo de ella. Un diseño de arco abierto permitirá que los desechos plásticos recolectados lleguen a los depósitos de almacenamiento.
Una vez el plástico esté en el barco, estos se transformarán en hidrógeno mediante el mismo proceso de termólisis usado en las plantas en tierra. Según los desarrolladores, por cada 600 kg de residuos recolectados, se pueden producir aproximadamente 100 kg de hidrógeno.
Una vez transformado el plástico en hidrógeno, se almacenará en forma de líquido orgánico portador de hidrógeno (LOHC) dentro de grandes contenedores, para de esa forma poder transportarlo de forma segura y sin el enorme gasto energético respecto al hidrógeno a presión.
Estos contenedores una vez llenos se transferirán a embarcaciones más pequeñas que serán las encargadas de transportarlo hasta tierra, o hasta otros barcos en caso de servir para repostar el depósito de otros buques a hidrógeno.
Por su parte el buque funcionará mediante un sistema eléctrico que se alimentará del propio hidrógeno que produce, siendo autosuficiente siempre que tenga suficiente basura de la que alimentarse. Algo que por desgracia parece que no será un problema.
Gracias a este sistema, la industria marítima tendría ante si una oportunidad no sólo de descarbonizarse, sino incluso de poder ayudar a minimizar un grave problema como es la contaminación de nuestros mares.
