¿Puede ser una bicicleta eterna? Con el debido mantenimiento, sí, pero ¿qué pasa si hablamos de bicicletas eléctricas? Ya no parece estar el concepto tan claro, porque hay obsolescencia tecnológica en juego. No es lo que cree el joven fabricante holandés Roetz, que ha diseñado una bicicleta que puede durar indefinidamente gracias a un diseño modular.
A largo plazo, esto supondría un alivio al medio ambiente, ya que en Holanda tienen un problema con las bicicletas fuera de uso o que no tienen arreglo fácil. La reutilización es una de las máximas de la sostenibilidad. La Roetz Life, que así se llama, se ha diseñado para futuras mejoras en términos de motor o baterías, así como un cuadro que igual sirve para una bicicleta que para un carrito. Si cambian las necesidades, no hace falta una bicicleta completamente nueva.
Dispone de características poco comunes en bicicletas, como sensores de presión en las llantas o frenos de accionamiento hidráulico, con discos en las dos ruedas. Dispone de un cambio automático de siete velocidades, ni siquiera hay que pensar en la relación adecuada. Además, no usa cadena, sino correa. La bicicleta cuenta con una función de diagnóstico para avisar de cualquier funcionamiento anómalo de sus componentes.
La oferta comercial de Roetz permite «suscribirse» a la bicicleta o adquirirla. Bajo la primera modalidad se pagan 107 a 86 euros al mes durante uno, dos o tres años, a mayor tiempo, menor cuota. «A tocateja» serían 3.375 euros, frente a los 3.096 euros que costaría la suscripción tres años. Si la compramos, tenemos la recompra garantizada durante tres años.
Solo hay dos opciones, batería de 500 Wh (de serie) o de 840 Wh (350 euros), con la primera se podrían recorrer de 60 a 120 km, y con la última de 90 a 180 km por carga. Por otro lado, se puede instalar un refuerzo en el chasis para colocar una cesta trasera, 49 euros extra. Estos precios son para los primeros clientes de Roetz, que incluyen un 10% de descuento en las cuotas y el precio de compra, no en los extras. La reserva supone 100 euros.
Roetz espera distribuir los primeros ejemplares en febrero de 2023. Obviamente no se paga la suscripción hasta recibir la bicicleta.
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