La que fue durante 17 años una fábrica de Renault en Moscú es ahora propiedad de las autoridades de la ciudad. Tanto la fábrica como todos los activos de Renault se malvendieron por solo un rublo. Esa fábrica se va utilizar para resucitar la marca rusa Moskvitch, que significa «moscovita» y lleva extinta 20 años. Gracias a la inestimable ayuda de los chinos, se espera que empiece la producción en diciembre.
Sergei Sobyanin, alcalce de Moscú, dijo que la primera producción será de unos 400 coches de motorización convencional y 200 completamente eléctricos. El modelo base todavía es desconocido, pero diversas fuentes apuntan a la china JAC, que se vende con normalidad dentro de Rusia desde hace tiempo. A largo plazo, la intención de los nuevos dueños es fabricar allí coches eléctricos, aunque convivirán con una producción de modelos gasolina durante por lo menos todo 2023.
En 2021, antes de que Rusia decidiese ejecutar la invasión de Ucrania, las autoridades desvelaron un plan para fabricar coches eléctricos en el país. Se marcaron como objetivo producir entre 2022 y 2030 unas 730.000 unidades, y que terminado ese plazo el volumen anual sería de 217.000 unidades. Actualmente circulan por Rusia más de 11.000 vehículos eléctricos.
Este plan de electrificación iba a estar apoyado con 73.000 estaciones de recarga a desplegar durante la presente década, 44.000 de ellas de recarga rápida (40% de recarga en 2 h o más) y 29.000 de recarga ultrarrápida. Además, en las zonas urbanas puntos de recarga cada 4 kilómetros cuadrados. Se anunciaron para apoyar a este plan 591.000 millones de rublos, 6.800 millones de euros entonces, 9.780 millones de euros al cambio.
La planificación de 2021 a buen seguro va a necesitar unas cuantas correcciones, porque la industria rusa del automóvil ha quedado parcialmente desmantelada con el cese de las operaciones de no pocos fabricantes: BMW, Ford, Mercedes-Benz, Mitsubishi, Nissan, Renault, Skoda, Toyota, Volkswagen, etc. El único fabricante de turismos que funciona, y es a medio gas, es AvtoVAZ, que tiene la marca Lada y previamente estaba controlado por Renault.
Bajo estas nuevas circunstancias, los Moskvitch serán los primeros coches eléctricos fabricados «en masa» en Rusia, aunque en realidad se trate de coches de origen chino que vengan parcialmente desarmados. Se da la paradoja de que Rusia tiene acceso a muchas de las materias primas necesarias para hacer coches eléctricos, pero no tiene capacidad para procesar los minerales, ni producir baterías, ni el saber hacer necesario. Todo lo que tienen es el Zetta CM-1, anunciado como el que iba a ser el coche eléctrico más barato del mundo. Ahí se quedó, anunciado.
Vía | Motor.es
