Jim Farley, CEO de Ford, vislumbra una «sacudida» en la industria del autómovil
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Publicado: 03/06/2022 16:07
No solamente Elon Musk tiene un mal pálpito sobre la economía y la industria del automóvil. Otro de sus colegas, Jim Farley, está «sembrado» esta semana con sus declaraciones. El CEO de Ford espera una notable corrección en la industria del automóvil, donde los más beneficiados van a ser fabricantes de China. No ha dicho quiénes podrían ser los perjudicados.
A lo ya dicho, que espera una «guerra de precios» en coches eléctricos, y que el modelo tradicional de concesionario con descuentos está acabado, ahora nos cuenta esto. Lo comentó en la Strategic Decisions Conference de Bernstein el miércoles: «No tengo dudas acerca de eso, vamos a ver una gran consolidación» y habló de «grandes cambios». No solo se refiere a fabricantes, también a proveedores.
¿Están en peligro los grandes? Más bien no. Serán los más pequeños y los más tradicionales los que van a pasarlo peor, al no ser capaces de sufragar la transición hacia los coches eléctricos: «Simplemente no veo el mercado objetivo al que se dirigen estas empresas después de ser lo suficientemente grandes como para justificar el capital que están gastando». Puede ser un mensaje para Rivian, Lordstown, Faraday Future, Lucid… todos en Estados Unidos.
Además, si yo fuese un fabricante japonés mediano o pequeño, estaría realmente asustado. De acuerdo a esas palabras, los fabricantes con menor gama de coches eléctricos están en una situación de enorme desventaja estratégica, lo cual no implica necesariamente cierres, con «consolidación» incluimos que un pez muy grande, como es por ejemplo Toyota, pueda comerse a algún pez pequeño.
Por otro lado, Jim Farley empieza a ver una amenaza en el producto chino, dados los bajos costes de producción de algunas empresas emergentes (como pueden ser Xiaopeng, Li Auto, NIO…) en comparación con lo que se hace en Estados Unidos. Vislumbra más fusiones y adquisiciones que empresas conjuntas (joint ventures) y alianzas estratégicas.
En el caso concreto de Ford, tiene una alianza con Volkswagen en turismos y vehículos comerciales ligeros. En el tintero se han quedado la colaboración con Rivian y Mahindra. Es más, la fábrica india de Ford en Chennai podría acabar en manos de Tata, en otra maniobra de Ford para aliviar lastre y centrarse en lo que mejor funciona.
En un contexto económico complicado para algunas empresas resulta muy difícil asomar la cabeza, empezar a funcionar y lograr que cuadren las cuentas antes de que los inversores se impacienten y haya que caminar descalzos sobre brasas ardiendo. Ahora es muy mal momento para un fabricante no consolidado, mientras los costes no paran de subir, la financiación se vuelve más cara, y los consumidores pierden confianza en primer lugar en lo que menos confianza les inspira.
Hasta que la bonanza se ha ido frenando, han estado brotando fabricantes prácticamente como setas, tanto en Estados Unidos como en China, y en Europa más de una ya ha caído, como por ejemplo Uniti, declarada en quiebra, o StreetScooter, que acabó en manos de Odin Automotive. Y van a venir más, sobre todo si las finanzas son débiles, la producción no ha empezado o es al goteo, o si alguien hace alguna trampa respecto a sus cifras y encima le pillan (como le pasó a Faraday Future y a Lordstown).
Si hacemos un poco de memoria, podemos acordarnos de qué significó la consolidación en la crisis anterior: General Motors perdió cuatro marcas, Ford se cargó a Mercury y vendió Volvo y Jaguar Land Rover, Chrysler acabó en manos de Fiat, en Europa cerraron varias fábricas, y eran fabricantes muy importantes todos. Lo dicho, los menos adaptados y los más vulnerables serán los primeros en caer o de ser comidos por un pez más grande.
Vía | CNBC