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Autopista flotante y solar para acabar con la polémica de los carriles bici que ‘roban’ espacio a los coches

La start-up suiza URB-X ha presentado una innovadora solución para el problema de la falta de espacio para la micromovilidad en las ciudades.

Y es que son muchas las localidades que están tratando de promover el uso de la micromovilidad, como es el caso de las bicicletas y los patinetes, en sus calles. Pero esto a menudo implica reducir el espacio destinado a los vehículos motorizados.

Situación que incluso ha provocado protestas de parte de los conductores de automóviles, que consideran que el aumento de carriles para bicicletas en carriles previamente destinados a los vehículos motorizados causa congestión y atascos.

Para abordar este problema y el hecho de que muchas calles no tienen espacio físico suficiente para instalar carriles para bicicletas, URB-X ha desarrollado una autovía flotante para bicicletas que se construye sobre pilotes y se sitúa sobre las calles, ya sea sobre las aceras o la calzada destinada a los vehículos motorizados.

Una autopista flotante en la ciudad de Nueva York. Imagen: URB-X

Sistema modular y versátil

Esta autovía flotante se compone de varias piezas unidas por rieles de 20 metros de longitud y es fácil y rápida de montar. Además, puede incorporar elementos adicionales, como calefacción para evitar la acumulación de nieve y hielo, iluminación y paneles solares para producir energía a través de la radiación solar.

También puede instalarse un sistema de control de tráfico con semáforos y advertencias, así como un techo verde. Actualmente, URB-X está construyendo una pista de pruebas de casi 200 metros en Basilea y espera observar la producción de energía en la vida real a lo largo de 2023.

Esta idea puede ser especialmente útil en ciudades con climas fríos y con mucha nieve en invierno, donde los carriles para bicicletas pueden obstruirse con facilidad.

Además, al estar por encima de las calles, los ciclistas estarían protegidos de los vehículos motorizados y del tráfico en general, lo que aumentaría la seguridad. La autovía flotante también podría ser utilizada para otros medios de transporte, como patinetes y scooters eléctricos, y podría ser una forma de reducir la congestión y la contaminación del aire en las ciudades.

Tramo de prueba con tecnología fotovoltaica incluida instalado en Basilea, Suiza.

Un sistema caro, pero con potencial

URB-X no es la única empresa trabajando en soluciones de este tipo. Otras start-ups, como Skedgo y Urban Movement Labs, también están trabajando en soluciones similares para la micromovilidad en las ciudades.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que se deben considerar y abordar los desafíos técnicos, financieros y regulatorios que pueden surgir al implementar estas soluciones innovadoras.

Según URB-X, el coste de una ruta es de alrededor de 2 millones de euros por kilómetro, más entre 300.000 y 500.000 euros por kilómetro para la estructura de soporte. Las rampas para ascenso y descenso representan costes adicionales.

Así es la autopista flotante de URB-X.

A modo de comparación, URB-X afirma que un kilómetro de carretera asfaltada cuesta una media de entre 6 y 20 millones de euros.

En cualquier caso, la idea de URB-X de crear autopistas flotantes para bicicletas es una forma interesante de abordar la falta de espacio en las calles de las ciudades y ofrecer una opción de transporte sostenible y segura para los ciclistas y usuarios de Vehículos de Movilidad Personal (VMP).

Fuente | Motor.es

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