Toma de contacto: Peugeot 408 Plug-in HYBRID. La siguiente evolución de las berlinas

Las berlinas son un segmento de nicho en Europa. Desplazadas por los SUV, sus cifras de ventas actuales quedan lejos de los registros logrados hace unos años. Sin embargo, algunos expertos creen que el reinado de los todocaminos podría estar acercándose a su fin, pues la electrificación a marchas forzadas del mercado está obligando a los fabricantes a apostar por carrocerías más aerodinámicas.

¿Supondrá esto el regreso de los clásicos sedanes? No exactamente. Y es que todo apunta a que, a corto plazo, la voz cantante la llevarán los crossovers, que combinan un perfil similar al de un turismo al uso con la mayor altura de un SUV. Esta mezcla permite ofrecer una buena aerodinámica con una habitabilidad que no se ve mermada por la situación de las baterías en los bajos.

Un buen ejemplo de esta incipiente moda es el nuevo Peugeot 408, un atractivo fastback con una altura libre al suelo de 18,8 centímetros. Situado a caballo entre los 308 y 3008 dentro de la gama del fabricante francés, el recién llegado no tendrá prácticamente competidores en el segmento C (berlinas compactas), pues con excepción del Polestar 2, no hay ninguna otra propuesta similar en el panorama.

Este es el primer lanzamiento de la firma del león sin motorizaciones diésel. Aunque más adelante recibirá una variante 100% eléctrica (e-408) con un motor de 156 CV (115 kW) y una autonomía de aproximadamente 400 km WLTP, por el momento solo está disponible con un motor de gasolina 1.2 PureTech de 130 CV asociado a un cambio de convertidor de par EAT8… y dos versiones híbridas enchufables de 180 y 225 CV. Durante su presentación nacional hemos tenido la oportunidad de ponernos al volante del 408 más potente, ¿nos acompañáis a descubrir sus secretos?

Una estética que capta miradas

El Peugeot 408 es un coche llamativo, como pude constatar durante mi breve toma de contacto. Algunos transeúntes se giraban al verlo pasar, y no es para menos, pues sus proporciones son bastante personales. El frente, muy agresivo, recuerda en gran medida al del 308, con unos grupos ópticos rasgados, unas luces diurnas en forma de «colmillo» y una calandra compuesta por pequeños apliques verticales pintados en el mismo color que el resto de la carrocería.

El nuevo logo corporativo, inspirado en el utilizado por la compañía en los años 60, está presente tanto en el frente como en las aletas delanteras. Curiosamente, el techo no desciende hasta el pilar C, algo que, como veremos más adelante, resulta muy positivo para la habitabilidad. Por supuesto, no faltan protecciones de plástico en paragolpes, pasos de rueda y taloneras, lo que le da un aspecto más desenfadado.

Las llantas de 20 pulgadas que equipaba nuestra unidad, que se correspondía con el acabado GT, lucían un diseño muy aerodinámico. La zaga está protagonizada por un alerón dividido en dos secciones, una luna muy inclinada y unos faros unidos a lo ancho del portón por una moldura. Con 4,69 metros de largo, 1,48 metros de alto, 1,85 metros de ancho y una más que generosa batalla de 2,79 metros, podríamos decir que prácticamente roza el segmento D (berlinas medianas).

En el habitáculo nos encontramos con el clásico i-Cockpit por el que Peugeot lleva apostando más de una década. El volante, muy pequeño, se sitúa en una posición baja, mientras que la instrumentación digital de 10 pulgadas con efecto 3D (solo en el GT) se consulta por encima de su aro. Dado que la posición de conducción es muy parecida a la de un sedán (baja y con las piernas estiradas), esta configuración resulta más cómoda que en otros modelos de la marca.

La pantalla táctil del sistema de infoentretenimiento se ve complementada por un panel con accesos directos de gran tamaño. Denominados i-toggles, estos atajos nos permiten acceder a funciones como el climatizador o el navegador de forma rápida e intuitiva. La respuesta del sistema es buena y mucho más rápida que en modelos previos del grupo Stellantis.

La calidad de acabados es realmente buena y los ajustes sólidos, en consonancia con la intención de Peugeot de «subir un escalón» y ser percibida como una firma de corte aspiracional, casi premium. Los asientos recogen muy bien el cuerpo, mientras que la habitabilidad en la segunda fila sorprende positivamente, pues además de ofrecer un espacio para las piernas generoso (gracias a la amplia distancia entre ejes), la cota de altura también es buena: midiendo 1,75, me quedaban cinco dedos para tocar el techo. El maletero cubica 471 litros en las versiones híbridas y 536 en la de gasolina.

Personalidad felina: ágil, seguro y silencioso

Desde un punto de vista técnico, las versiones híbridas enchufables son muy similares entre sí. Denominadas Plug-in HYBRID 180 y Plug-in HYBRID 225, combinan un motor 1.6 PureTech turboalimentado (de 150 y 180 CV respectivamente) con una unidad eléctrica de 110 CV (81 kW) a través de una caja automática de ocho relaciones e-EAT8.

Como sus nombres bien indican, rinden respectivamente 180 y 225 CV. Sus baterías de 12,4 kWh les otorgan una autonomía eléctrica de 64 km WLTP. Hay tres modos de conducción: Electric, Hybrid y Sport. Debido a la brevedad de nuestra toma de contacto, no pudimos medir consumos de forma fiable, algo que dejaremos para una futura prueba más extensa. El coche incluye un cargador monofásico de 3,7 kW de potencia (0-100% en 3 horas y 50 minutos a 16A), si bien en opción se puede sustituir por otro de 7,4 kW (0-100% en 1 hora y 55 minutos a 32A).

En marcha, el 408 muestra unas maneras muy felinas, muy Peugeot. A pesar de sus dimensiones se trata de un coche ágil, con una dirección rápida (aunque no demasiado comunicativa) y una suspensión que contiene muy bien el balanceo de la carrocería.

Esto no está reñido con un confort de marcha muy logrado, pues resulta un vehículo cómodo y aplomado en la mayoría de circunstancias. A esto ayuda la buena insonorización, pues los cristales delanteros y traseros han visto incrementado su grosor (3,85 milímetros); además, delante son laminados (3,96 milímetros).

Equipamiento tecnológico a la última

El Peugeot 408 dispone de una amplia gama de asistentes a la conducción gracias al empleo de seis cámaras y nueve radares. El control de crucero adaptativo con Stop&Go, la frenada automática de emergencia con detección de peatones y ciclistas de día y de noche, la alerta activa de cambio involuntario de carril con corrección de trayectoria y la alerta trasera de tráfico cruzado son solo algunos de ellos.

Más adelante esta dotación se completará con el pack semi-autónomo Drive Assist 2.0, que además del regulador adaptativo y el centrado de carril incluirá el cambio de carril semiautomático entre 70 y 180 km/h y la anticipación de la recomendación de velocidad, que propone al conductor adaptar su velocidad en función de las señales de tráfico.

Otros equipos destacados son los faros matriciales LED, el acceso y arranque manos libres, el cargador inalámbrico de smartphones, el sistema de sonido premium Focal, el parabrisas calefactado y los asientos con regulación eléctrica en 10 vías y dos memorias para el conductor y 6 vías para el pasajero, así como masaje, calefacción y certificación AGR.

La gama está compuesta por tres acabados: Allure, Allure Pack y GT. Las tarifas en nuestro país serían las siguientes:

• Allure PLUG-IN HYBRID 180: 43.750 euros
• Allure Pack PLUG-IN HYBRID 180: 45.000 euros
• Allure Pack PLUG-IN HYBRID 225: 46.500 euros
• GT PLUG-IN HYBRID 180: 47.800 euros
• GT PLUG-IN HYBRID 225: 49.300 euros