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La carga rápida puede degradar la batería de tu coche eléctrico, pero solo si se abusa de ella

La batería de los coches eléctricos es una de sus piezas clave, y un componente que debemos cuidar para extender lo máximo su duración. Hay algunos consejos básicos, y entre ellos según los últimos estudios está el de no usar la carga rápida si no es imprescindible, ya que esta puede degradar la batería de forma más rápida que usando otros métodos de carga más lentos.

Así lo ha determinado un estudio de la consultora austríaca Aviloo, que ha analizado la evolución de la capacidad de carga de una serie de coches eléctricos. El resultado fue que la carga rápida puede acelerar la pérdida natural de capacidad de una batería hasta en un 17% si sólo se cargan mediante tomas de alta potencia.

Según los datos del estudio, cuanto más frecuentes son las cargas rápidas, menor era la capacidad de las baterías. La capacidad de la batería osciló entre el 93% de un coche eléctrico que casi nunca se cargaba con una toma rápida, hasta casi el 71% de un modelo que recibía más de cuatro quintas partes de sus procesos de carga a través de una toma de corriente continua.

Otro factor en la aceleración de la pérdida de capacidad de la batería es el calor. Por ejemplo, a una temperatura exterior de 40 grados, las celdas envejecen más rápido que con una temperatura exterior de 20 grados.

El dilema de la carga rápida también ha tenido opiniones como la de Markus Duesmann, CEO de Audi, que en una entrevista en los medios alemanes indicó que: «El sistema de los vehículos está diseñado de tal manera que siempre se puede realizar una carga rápida. Sin embargo, el cliente también puede influir en el impacto de la misma ya que por ejemplo, cargar siempre al 100 % somete a la batería a un estrés especialmente alto, especialmente al final del proceso de carga rápida. Sin duda, la batería durará más si normalmente la cargas hasta un máximo del 80%. Por lo tanto, el cliente puede influir él mismo en la vida útil de la batería«.

También se recuerda el impacto que tiene el dejar la batería en un nivel de descarga muy bajo durante mucho tiempo. Factores que los fabricantes no indican claramente a los clientes, y que puede dar lugar a un mal uso y una degradación de la batería fácilmente evitables.

Por supuesto, recordar que la regla de la carga rápida tiene que ver con el calor, el enemigo número uno de la vida útil de las baterías, mientras que la carga al 100% tiene que ver con el exceso de tensión en la misma, que podremos alcanzar sin mayores problemas siempre que vayamos a usar el coche en un periodo breve de tiempo.

Hay algunas excepciones como son los cada vez más populares modelos con baterías de litio-ferrofosfato (LFP) que incluso el fabricante recomienda cargar al 100% al menos una vez a la semana, principalmente por lograr ofrecer una información de la carga y autonomía más fiables.

Aquí el problema es que habitualmente, los vendedores no saben qué tipo de batería lleva el vehículo, lo que hace incluso más difícil realizar un comportamiento más adecuado para cada química.

Aclarando algunos mitos sobre los cuidados de la batería de un coche eléctrico

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