Volkswagen pide que la normativa de emisiones Euro 7 se posponga a otoño de 2026

Volkswagen ha solicitado que se posponga la aplicación de la nueva normativa de emisiones Euro 7 hasta al menos otoño de 2026, algo más de un año después de lo previsto. Según la empresa alemana, este cronograma sería más realista que el actual y le permitiría cumplir con la nueva regulación ambiental siempre y cuando la ley entrara en vigor a mediados de 2024.

Esto le daría a los fabricantes un margen de dos años para desarrollar vehículos adaptados a la norma, así como de tres años para aplicar los cambios necesarios al resto de su flota (se contempla un año de margen entre la entrada en vigor de la Euro 7 y la obligatoriedad de que todos los vehículos a la venta en el mercado la cumplan).

De acuerdo con la mayoría de marcas, los objetivos perseguidos por las autoridades supondrán un importante coste adicional en el precio de los automóviles; además, también acusan a la Comisión Europea de dar unos plazos poco realistas. Los legisladores y los Estados miembros negociarán a lo largo de 2023 las diferentes propuestas sobre la mesa.

Carlos Tavares, CEO del grupo Stellantis, ha dejado clara en varias ocasiones su oposición a la Euro 7 por considerarla contraproducente, ya que obligará a los fabricantes europeos a invertir en una tecnología (el motor de combustión interna) que quedará prohibida de forma efectiva en 2035, desviando parte de sus recursos de la electrificación.

El Volkswagen Polo tiene los días contados

«No creo que Europa necesite [la normativa] Euro 7. Va a desviar parte de nuestro poder de I+D a algo que no necesitamos, mientras que nuestros competidores chinos ingresan al mercado únicamente con coches eléctricos a baterías. ¿Por qué estamos usando nuestros recursos para una tecnología que queremos prohibir? No es de sentido común».

Volkswagen afirma que, de comenzar a aplicarse la nueva legislación en julio de 2025, se vería obligada a detener la producción de muchos de sus modelos durante varios meses. Algunos como el Polo incluso abandonarían el mercado de forma definitiva, pues el elevado coste de las adaptaciones haría inviable vender vehículos pequeños de forma rentable.

En paralelo, la compañía también pide que los límites a las emisiones de partículas de frenado y del desgaste de los neumáticos se retrasen, aunque en este caso no da una fecha concreta. «Se necesitan varios años», sentencia en un comunicado oficial, en el que se explica que es necesario un mayor margen para que los proveedores de neumáticos puedan adaptarse a los nuevos requisitos.

Fuente | Automotive News Europe