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Mini, Volvo, Stellantis, Renault. Los fabricantes buscan un 100% de ventas de coches eléctricos en 2030 ¿Para qué sirve la prohibición en 2035?

En febrero de 2023 se firmó en el Parlamento Europeo la norma que pondrá final a las ventas de coches con motor de combustión en el viejo continente. A partir de esa fecha solo se podrán vender coches eléctricos. Pero esta medida ha sido muy criticada por algunos sectores que han aprovechado el populismo para usarla contra el coche eléctrico, y también por algunos grupos automovilísticos que buscan reducir los límites de emisiones. Pero estos mismos grupos tienen planes para ser 100% eléctricos cinco años antes.

Es el caso de nombres como Mini, Volvo, Renault, y su división Alpine, Mercedes-Benz o Stellantis, que engloba hasta siete marcas presentes en Europa, que han confirmado que esperan que sus ventas sean un 100% eléctricas para 2030. Audi por su parte lo ha programado para 2033.

Esto hace que muchos se pregunten la utilidad de una medida como es la prohibición de venta de coches con motor de combustión más allá de 2035. Y es que para esa fecha, la demanda de estos vehículos será mínima. (Recordamos que esta normativa se refiere a ventas de coches nuevos, no a la circulación de coches ya fabricados o las ventas de ocasión).

No hay más que ver la evolución de la tecnología, que en apenas 10 años ha pasado de una primera generación donde las autonomías homologadas con el nefasto sistema NEDC apenas llegaba a los 160 kilómetros. Hoy en día un coche eléctrico medio, como el Peugeot e-208 o el nuevo Renault 5, ya logran 400 kilómetros y además bajo el más realista WLTP.

¿Cómo será la oferta dentro de otros 10 años? Evidentemente las autonomías serán mayores, los precios mucho más accesibles, y la red de recarga habrá logrado un despliegue masivo. Por lo tanto, comprarse un coche eléctrico incluso aunque no se tenga donde cargar de forma privada no será un problema.

Los retos a superar para un parque 100% eléctrico

Eso si, el camino no se hará solo y por delante habrá retos críticos a superar. Durante una comparecencia ante el senado de Francia, el Presidente del consejo de administración del grupo Renault, Jean-Dominique Senard, avisó de que existen algunos asuntos que pueden poner en peligro los objetivos.

El más importante es el acceso a los materiales para dar forma a motores y baterías. Unos minerales o metales, así como su capacidad de refinado, que están en manos principalmente de China. Esta domina entre el 60 y el 70% del acceso a las minas metálicas necesarias para la producción de motores y baterías, y refina el 93% del grafito del mundo. Elemento clave para el ánodo de las baterías.

Para afrontar este desafío, Jean-Dominique Senard evoca “la cuestión de la diplomacia del metal”, hablando de una “asociación público-privada”.

También avisa de la necesidad de ampliar la producción con energías renovables. Para el Sr. Senard «Francia debe ampliar la vida útil de las centrales nucleares unos 20 años, probablemente 14 EPR, multiplicar la energía eólica por cinco y la energía solar por veinte, todo con la esperanza de que la energía hidroeléctrica se mantenga estable. Un desafío considerable”.

Pero todo hace indicar que la dirección es hacia la electrificación en una tendencia que aumentará su ritmo de implementación según mejoren las prestaciones de los vehículos, aumenten las redes de carga rápida, y sobre todo, bajen los precios de los vehículos.

Un escenario que supondrá que para 2035 la demanda de coches con motor de combustión interna sea residual, quedando unos pocos modelos que muy posiblemente usen combustibles sintéticos, lo que se traducen en que la medida tomada en 2023 no sea más que un eslogan publicitario que no tendrá apenas efecto práctico.

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