Corría el año 2021 cuando Elon Musk, CEO de Tesla, anunció por sorpresa que la compañía trasladaría su sede de California a Texas en un movimiento que fue visto como una estrategia del polémico empresario para pagar menos impuestos. Esto le valió las críticas de numerosas autoridades del Golden State, incluido su gobernador, Gavin Newsom.
Durante década y media, Tesla fue una empresa deficitaria sostenida en gran medida por las ayudas californianas; sin embargo, tras su primer año completo con beneficios netos, optó por mudarse a una región con una menor carga impositiva. Una traición que, comprensiblemente, muchos no le han perdonado.
«Nuestro entorno regulatorio ayudó a crear la empresa y la hizo crecer. Tengo un profundo respeto por esa persona [Elon Musk]. Pero también tengo un profundo respeto por este estado y por lo que hemos hecho», llegó a señalar Newsom, explicando que California otorgó «cientos de millones de dólares» a Tesla en exenciones fiscales y adoptó numerosas políticas para fomentar la fabricación y compra de vehículos eléctricos.
Pero como se suele decir, la venganza es un plato que se sirve frío, ya que el público californiano ha comenzado a dar la espalda a la marca, algo llamativo si tenemos en cuenta que durante mucho tiempo fue su principal mercado. Este fenómeno se explica por varios motivos, incluida una mayor oferta por parte de la competencia y la cada vez peor imagen pública de Musk.
Las ventas de Tesla comienzan a resentirse
En el primer trimestre de 2024, el Tesla Model 3 cayó a la tercera posición en el ranking de ventas de California, siendo superado por los Toyota Camry y Honda Civic. Ambas firmas japonesas registraron un crecimiento del 9.3% y del 18.6% respectivamente, frente a la reducción del 7.8% de Tesla, que ya había sufrido una caída del 9.8% en el cuarto trimestre de 2023.
California aglutina el 32.5% de las matriculaciones de coches eléctricos en Estados Unidos. Por si esto fuera poco, la pérdida de interés de los consumidores llega en un momento especialmente complicado para el fabricante, cuyos resultados han comenzado a estancarse. «La historia de amor de los californianos con el gigante de vehículos eléctricos Tesla puede haber llegado a su punto máximo», advierte en un comunicado la California New Car Dealers Association.
«Las cifras no mienten», señala Brian Maas, presidente de la CNCDA. «Indican que el increíble crecimiento que Tesla tuvo durante años ahora se ha detenido o ciertamente se ha desacelerado. Otros concesionarios tienen una gama más amplia de vehículos muy competitivos, por lo que Tesla no tiene el segmento de los coches eléctricos para sí como lo tenía hace unos años».
De acuerdo con una reciente encuesta realizada en Estados Unidos por Caliber, el interés general por Tesla se ha hundido en gran parte por la deriva política de Musk. Mientras que el público conservador es más reacio a dar el salto al coche eléctrico, el progresista siente rechazo por el discurso cada vez más extremista del directivo (en California, el 47% de los votantes registrados son demócratas, frente al 24% de republicanos).
Fuente | Yahoo! Finance
