Con un 80% de depreciación, ahora puedes comprarte un Jaguar i-Pace de ocasión a precio de saldo

El mercado de ocasión es una oportunidad para llevarse a casa un coche eléctrico con un precio mucho más bajo que durante su estreno. Algo que dependerá de factores como los años, los kilómetros y el estado. Pero algunos modelos han sufrido una devaluación tan grande que ahora se pueden encontrar a precios muy atractivos, como es el caso del Jaguar i-Pace, que ya podemos ver unidades usadas por apenas 25.000 euros.

Esto nos permite en la actualidad encontrar precios muy atractivos para un i-Pace que nunca llegó a triunfar por la falta de actualizaciones y de visión por parte de la marca británica, que tenía una propuesta muy completa en casi todos sus aspectos.

Lanzado en 2018, el i-Pace se convirtió en el primer coche eléctrico de la marca británica, que decidió producirlo en la planta de Magna en Austria. Una garantía de calidad que ha dado como resultado un SUV muy deportivo, con una línea agresiva y muy reconocible.

Además de apariencia, el Jaguar contaba con un excelente trabajo en cuanto a chasis y suspensiones, con una equilibrada distribución de pesos y un chasis deportivo (contaba incluso con suspensión neumática opcional) lo que hacía que a pesar de su espíritu SUV, fuese un coche muy eficiente en el paso por curva. Un aspecto que le permitía sacar el máximo partido a un sistema de propulsión que no ha pasado de moda con el paso de los años gracias a sus 294 kW (400 CV) de potencia, que le disparaban hasta los 100 km/h en apenas 4.8 segundos.

Además de atractivo visualmente, el i-Pace heredaba toda la experiencia de Jaguar en cuanto a calidades, en un interior impecablemente terminado, con materiales lujosos, y que además se completaba con un sistema de info-entretenimiento que a pesar del paso de los años, se ha mantenido con dignidad, y un interior práctico, con un maletero de 505 litros, que no es para tirar cohetes pero si es llamativo debido a la línea deportiva del techo.

¿Por qué no triunfó el i-Pace?

Muchos se preguntarán dónde estaba el problema. Los problemas eran básicamente tres: el precio, que como recordamos arrancaba en los 90.000 euros, su baja eficiencia, 470 km de autonomía WLTP con una batería de 84.7 kWh útiles, lo que disparaba su consumo homologado hasta los 18 kWh a los 100 km, y el real no fuese fácil bajarlo de 23 o 24 kWh conduciendo con calma.

También estaba la cuestión del sistema de carga rápida. Esta llegaba a un pico de 100 kW, lo que disparaba la espera para recuperar el 80% hasta los 45 minutos. Algo que hace de los viajes una operación mucho más compleja por las muchas y largas paradas que tiene que hacer su propietario.

Además, 90.000 euros era una cifra muy alta por todo este irregular conjunto, pero ahora, en el mercado de ocasión podemos encontrar unidades con entre 70 y 100 mil kilómetros con precios desde los 26.000 euros.

Una cifra muy tentadora para un coche muy divertido de conducir, con una autonomía real que ronda los 350 kilómetros, y toda la calidad de Jaguar, y unos precios entre 9 y 10 mil euros menos de lo que piden por un Tesla Model X de 75 kWh, y que incluso en sus primeros modelos, mantiene la garantía de su batería, un pack de LG, que cuenta con 8 años o 160.000 km de cobertura.

También hay que elogiar que la propia Jaguar afirma que los módulos de batería se pueden sustituir de forma individual. La batería en sí consta de 36 módulos, cada uno con doce celdas, y el cliente podrá sustituir cada módulo de forma independiente, con, teóricamente, un coste mucho más razonable que el cambio de batería que exigen otras marcas.