Un estudio revela que las baterías de los coches eléctricos pueden durar un 40% más de lo esperado
Todo lo que pensábamos sobre la longevidad de las baterías de los coches eléctricos y sus ciclos de carga se puede ir al garete. Un estudio nos dice que la forma que tenemos de probar estas baterías es la equivocada.
La degradación de las baterías en los coches eléctricos es uno de los temas que más preocupan a los conductores y propietarios. De hecho, las dudas sobre cuánto durarán estas baterías, sobre cuánto se degradarán y sobre cuándo será necesario cambiarlas es uno de los motivos por los que muchos no se atreven a la adquisición de este tipo de vehículos.
De forma general, se estima que la vida útil de una batería para un coche eléctrico puede ser de unos 3.000 ciclos de carga, lo que se traduce en unos 8 años. Por si no conoces el concepto de ciclo de carga, se refiere a cuando tenemos una batería cargada al 100% y se descarga por completo, aunque no necesariamente tiene que pasar de un extremo al otro. Si un día usas el 50% de una batería, la recargas, y vuelves a usar otro 50%, ahí tienes ya entonces un ciclo de carga completo.
Dicho esto, tenemos que mencionar lo que ha revelado un estudio realizado por científicos del SLAC-Standford Battery Center, un centro conjunto que ha estado estudiando los ciclos de carga reales en las baterías de los coches eléctricos. Sus resultados son positivos y prometedores, en el sentido que nos muestran que estas baterías podrían tener una mayor longevidad de la que pensábamos: hasta un 40% más.
Los científicos encargados del estudio han hecho una revelación muy clarificadora: «No hemos estado probando las baterías de los coches eléctricos de la manera adecuada», asegura Simona Onori, autora principal del estudio. En la actualidad, los ingenieros especializados en baterías han probado el ciclo de vida de las baterías en laboratorios mediante ritmos constantes de descarga y recarga, repitiéndolo muchas veces para comprobar si el diseño de una batería nueva es bueno.
Según el estudio en cuestión, esta no es una buena forma de predecir la longevidad de las baterías de forma concreta en los coches eléctricos, ya que no se han tenido en cuenta las condiciones de conducción del mundo real. Esta historia nos suena: ¿recuerdas cuando decimos que las pruebas de consumo de un vehículo en laboratorio no reflejan fielmente el consumo en la vida real? Pues más de lo mismo.
Los métodos de trabajo actuales no calculan los ciclos de vida de forma óptima. El estudio de la Universidad de Standford comenta que los coches eléctricos experimentan situaciones muy diversas y factores que influyen de forma directa en la vida útil de una batería. Una vida más «caótica» que tiene una influencia directa en su longevidad: «Para nuestra sorpresa, conducir en condiciones reales con aceleraciones frecuentes, frenadas que cargan un poco las baterías, paradas cortas y dejar que las baterías descansen durante horas, ayuda a que las baterías duren más de lo que habíamos pensado según las pruebas de laboratorio estándar de la industria», revela Onori.
Es estudio sugiere que las baterías de los coches eléctricos podrían tener ciclos de vida más largos que las que se habían estimado previamente, lo que tiene una influencia directa en la autonomía esperada y calculada al cabo de los años, así como la posible sustitución en el futuro. Para determinarlo, durante dos años se crearon cuatro perfiles de descarga basados en datos de conducción con 92 baterías de iones de litio como ‘conejillos de indias’. El estudio determinó que, cuanto más realista era el perfil, más aumentaba la expectativa de vida de las baterías.
Sí, como has leído antes, una aceleración brusca y breve puede ser bueno para la batería. Aunque ya sabemos que eso puede ir en detrimento de una menor autonomía, ya que el consumo energético es mayor cuanto más pisemos el acelerador, parece ser que para la vida útil de la batería es positivo, así como los sistemas de frenada regenerativa y el hecho de darle «descanso» a las baterías durante tiempos cortos.
Estos resultados podrían ser importantes de cara al desarrollo de futuras baterías. «Los fabricantes podrían actualizar su software de gestión de baterías de vehículos eléctricos para aprovechar los nuevos hallazgos y maximizar la longevidad de la batería en condiciones del mundo real», finaliza el estudio, que abre vías a considerar la vida útil de los coches eléctricos con un panorama más positivo.