Toma de contacto: Renault Scénic E-TECH. Uno de los coches eléctricos más prometedores de los últimos tiempos
Probamos la nueva generación del Renault Scenic, que llega dotado de un sistema 100% eléctrico.
El Renault Scénic original, lanzado al mercado en 1996, suele ser considerado como el primer monovolumen compacto de Europa. Este formato de carrocería, hasta entonces reservado a modelos más grandes como el Espace, rápidamente ganó adeptos entre el público debido a su enorme practicidad y modularidad, desplazando a los clásicos station wagon como vehículo familiar por excelencia.
Nuestro protagonista, que fue elegido Coche del Año en Europa 1997, gozó de un rotundo éxito comercial durante tres generaciones (1996-2003, 2003-2009, 2009-2016). Sin embargo, nada es eterno, y los monovolúmenes comenzaron a verse desplazados a lo largo de la década pasada por los SUV, que si bien no resultan tan prácticos, ofrecen una estética más a la moda.
El Scénic de cuarta generación (2016-2022) pasó sin pena ni gloria por el mercado, desapareciendo hace escasos dos años sin sustituto directo. Pero en lugar de dejar morir una denominación con tanto peso en su historia reciente, Renault ha decidido reutilizarla en un modelo mucho mejor adaptado a los nuevos tiempos: un crossover eléctrico.
Y digo crossover y no SUV porque el Scénic de quinta generación (conocido a nivel comercial como Scénic E-TECH) en realidad es más bajo que un Austral, su equivalente térmico dentro de la gama del fabricante francés. La aerodinámica es clave de cara a maximizar la autonomía de los coches eléctricos, algo que la firma del rombo ha tenido muy en cuenta durante el desarrollo de su nuevo vehículo familiar.
Aunque su aspecto no resulta tan innovador como el del modelo primigenio, ha logrado levantar una enorme expectación gracias en gran medida a una relación precio/autonomía muy competitiva: a falta de conocer las tarifas del recién presentado Volkswagen ID.3 GTX, ningún coche eléctrico ofrece un alcance de más de 600 km por menos precio.
Al igual que su antecesor, el nuevo Renault Scénic ha sido elegido Coche del Año en Europa 2024. ¿Es merecedor de este prestigioso galardón? Acompañadnos en nuestra primera toma de contacto para descubrirlo.
Renault Scénic E-TECH: más hatchback que SUV
El Renault Scénic mide 4.47 metros de largo, 1.86 metros de ancho y 1.57 metros de alto, con una batalla de 2.78 metros. En un momento en el que la mayoría de marcas apuestan por los SUV «coupé», el galo confía en un formato más clásico con el portón vertical; de hecho, parece más un hatchback grande que un todocamino al uso.
El frente tiene un aspecto robusto, con un capó muy horizontal y una falsa calandra compuesta por un patrón romboidal degradado. Las luces diurnas verticales de tipo boomerang no están conectadas a los grupos ópticos principales. La zaga, de aspecto cuadrado, recuerda hasta cierto punto a rancheras como el Mégane Sport Tourer, con unos pilotos transparentes en forma de Y similares a los del Rafale que le aportan un plus de elegancia. Las llantas son de entre 19 y 20 pulgadas.
En el habitáculo no hay demasiados cambios respecto al Mégane E-TECH más allá del mayor espacio disponible a bordo. Esto no nos pilla por sorpresa, pues el Scénic siempre ha sido un Mégane con un extra de amplitud, algo que se cumple a rajatabla en este caso.
El gran protagonista del interior es el sistema de infoentretenimiento openR link con Google integrado, el cual se asocia a un enorme panel en forma de L compuesto por dos displays (instrumentación horizontal de 12.3 pulgadas y pantalla táctil vertical de 12 pulgadas). Basado en el sistema operativo Android Automotive, se trata probablemente del mejor infotainment del mercado por rapidez, fluidez, facilidad de uso y posibilidades de personalización.
Hay más de 50 aplicaciones disponibles a través de Google Play, incluyendo Spotify y Waze. Por supuesto, no faltan Google Assistant y Google Maps, así como funciones específicas como un planificador de rutas inteligente. Las actualizaciones se realizan vía OTA (Over-the-air). Es de aplaudir que, a pesar del buen funcionamiento del sistema, Renault haya optado por no aglutinar todos los controles en la pantalla táctil, manteniendo los mandos físicos del climatizador, así como algunos botones (véase el del AutoHold).
El habitáculo del Scénic está bien rematado. Al contrario que algunos modelos de la competencia, en los que los ahorros de costes resultan evidentes, los del rombo han sabido jugar bien sus cartas para ocultarlos de forma que no afecten a la calidad percibida. Sin ir más lejos, los plásticos del salpicadero y las puertas son duros, pero dan el aspecto de estar acolchados, algo reforzado por el uso de costuras falsas. Los huecos portaobjetos laterales están forrados de fieltro, incluso los de las puertas traseras, algo poco común.
La habitabilidad en la segunda fila es buena tanto por espacio para las piernas como en altura; sin embargo, va más justo de anchura que los primeros Scénic, que tenían tres asientos individuales. El reposabrazos trasero incluye soportes para smartphones y dos tomas USB-C, además de un espacio de almacenamiento de 3.6 litros y una trampilla de acceso al maletero. Este último cubica 545 litros, una cifra correcta para el tamaño del coche, pero el umbral de carga queda demasiado alto y carece de doble fondo, por lo que al abatir los asientos queda un escalón.
No podemos dejar de mencionar el techo panorámico de cristal Solarbay, capaz de volverse opaco por segmentos mediante la tecnología PDLC (Polymer Dispersed Liquid Crystal), basada en el desplazamiento de moléculas provocado por un campo eléctrico. Al suprimir el uso de cortinillas, se ahorran 30 mm de grosor.
Con maneras de berlina
El Renault Scénic se asienta sobre la plataforma AmpR Medium, antes conocida como CMF-EV. Está disponible con dos conjuntos mecánicos, ambos de tracción delantera. El modelo de 170 CV (125 kW) emplea un pack de 60 kWh de capacidad, mientras que el de 220 CV (160 kW) llega a los 87 kWh. Su autonomía homologada es de 430 y 625 km WLTP respectivamente.
Los motores son síncronos con rotor bobinado y están libres de tierras raras. Las celdas de batería son de tipo NCM (níquel, cobalto, manganeso); además, todas las versiones incluyen de serie una bomba de calor para el sistema de climatización.
A pesar de que se trata de un crossover, la posición de conducción recuerda más a la de una berlina que a la de un SUV, ya que las piernas van bastante estiradas. La dirección resulta rápida (si bien poco informativa), mientras que la suspensión ofrece un interesante compromiso entre confort y dinamismo. Los 4 niveles de retención de la frenada regenerativa se pueden seleccionar mediante unas levas tras el volante.
Durante nuestra breve toma de contacto, registramos un consumo de 17.5 kWh/100 km por circunvalación y autovía, lo que equivaldría a una autonomía real cercana a los 500 km. Sin embargo, hasta que no podamos llevar a cabo una prueba más extensa, debemos coger esta cifra con pinzas, ya que podría no ser representativa.
En cuanto a la carga, anuncia un pico de 11 kW en corriente alterna (22 kW en opción). La variante de 60 kWh llega a 130 kW en corriente continua y la de 87 kWh a 150 kW (15-80% en 37 minutos, un tiempo modesto frente a otros modelos de la competencia). Gracias a Google Maps, el preacondicionamiento de la batería se activa de forma automática cuando nos acercamos a un punto de carga seleccionado, lo que optimiza todo el proceso.
Gama y precios
La gama del Renault Scénic se divide en cuatro niveles de acabado: Evolution, Techno, Esprit Alpine e Iconic. El primero sólo está disponible con la batería de 60 kWh, el segundo con ambas, y los dos últimos con la de 87 kWh. Esto da como resultado un total de cinco variantes: Evolution ‘autonomía confort’ (38.703 euros), Techno ‘autonomía confort’ (41.613 euros), Techno ‘gran autonomía’ (45.493 euros), Esprit Alpine ‘gran autonomía’ (48.015 euros) e Iconic ‘gran autonomía’ (49.373 euros).
Si incluimos las ayudas estatales del Plan MOVES III (hasta 7.000 euros) en la ecuación, el modelo ‘autonomía confort’ se acerca a las tarifas del Austral mild-hybrid de 140 CV (29.925 euros) y el ‘gran autonomía’ a las del Austral E-TECH Full Hybrid de 200 CV (35.815 euros).
Frente a la terminación Evolution, la Techno añade el planificador de rutas con Google Maps, sensores de aparcamiento delanteros, faros LED Adaptive Vision con cambio automático de las luces de carretera/cruce, maletero con apertura eléctrica, cristales tintados, cargador de inducción para smartphones, levas tras el volante, retrovisor interior electrocrómico y reposabrazos trasero Ingenius.
El Esprit Alpine dispone de volante y asientos calefactables con ajuste lumbar eléctrico para el conductor, así como una decoración específica que incluye una llamativa moqueta azul no presente en otros acabados. El Iconic suma el control de crucero adaptativo inteligente con centrado de carril, alerta de colisión trasera, frenada de emergencia asistida marcha atrás con detección de peatones, retrovisores con memoria, sistema de sonido Harman Kardon, asiento del conductor eléctrico con masaje, safe exit para los ocupantes, detector de ángulo muerto y prevención de salida de carril en caso de adelantamiento.
Conclusiones
El Renault Scénic es, sin lugar a dudas, uno de los lanzamientos eléctricos más prometedores del año. Se trata de una propuesta pensada por y para Europa: práctico, más asequible que otros modelos similares y con un alcance digno de automóviles más caros, si bien no resulta tan competitivo en aspectos como los tiempos de carga.
Hasta cierto punto, podríamos considerarlo como uno de los primeros coches eléctricos del viejo continente capaz de poner claramente en jaque al todopoderoso Tesla Model Y. Aunque es más pequeño (lo que por otro lado casa mejor con los gustos del público local) y menos prestacional, ofrece una experiencia de uso igual de buena gracias a Android Automotive, así como una relación precio/autonomía más ventajosa.