El camino del éxito para el coche eléctrico vuelve a quedar demostrado con una nueva explosión de ventas en Europa

Las políticas cuestionables de la Unión Europea están impidiendo que el coche eléctrico se consolide en el mercado del Viejo Continente. Pero eso no impide que algunos países, con Noruega a la cabeza, inviertan la tendencia. Y ahora se ha unido otro país.

El camino del éxito para el coche eléctrico vuelve a quedar demostrado con una nueva explosión de ventas en Europa
El coche eléctrico triunfa sólo en determinados países, y su enfoque tiene mucho que ver.

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Publicado: 12/03/2025 13:19

La transición al coche eléctrico no termina de consolidarse en Europa a consecuencia de numerosos altibajos en las cifras de ventas. ¿La culpa? En gran medida, una política errática y a menudo desacertada de la UE.

Razón por la cual el coche eléctrico ha vivido una montaña rusa en los últimos años. Pero, tras un 2024 lastrado por el freno alemán a las ventas en la Unión Europea, el arranque de 2025 ha traído una sorpresa que podría marcar el camino a seguir.

Y es que hay un país que ha demostrado que, con las medidas adecuadas, el coche eléctrico puede convertirse en la primera opción para los conductores.

Un mercado en plena transformación

Las cifras de ventas de coches eléctricos en Europa en 2024 no fueron especialmente esperanzadoras. Se vendieron 1.447.934 unidades, lo que supuso un 5,9 % menos que en 2023.

Alemania, el principal mercado para estos vehículos, sufrió una fuerte caída del 27,9 % tras la retirada de algunas ayudas estatales. Esto impactó en la cuota de mercado global de los coches eléctricos, que pasó del 14,6 % en 2023 al 13,6 % en 2024.

Bélgica sigue el camino marcado por Noruega, aunque con una estrategia distinta.

En España, la situación fue distinta. Aunque las cifras absolutas crecieron (+11,2 %), si bien la cuota de mercado aumentó de un 5,4 % a un 5,6 %. Un crecimiento, sin duda, insuficiente para hablar de una revolución eléctrica.

Sin embargo, enero de 2025 ha traído un cambio de tendencia con un incremento del 48,5 % en las ventas de coches eléctricos respecto al mismo mes del año anterior. Y todo ello a pesar del fiasco estatal llamado Plan MOVES III.

Bélgica y su ‘boom’ eléctrico

Mientras muchos países lidian con retrocesos y crecimientos modestos, Bélgica ha dado un golpe sobre la mesa. En 2024, sus ventas de coches eléctricos crecieron un 36,9 %, alcanzando las 127.703 unidades. Con ello, su cuota de mercado pasó de un 19,6 % en 2023 a un impresionante 28,5 % a finales de 2024.

Pero la auténtica sorpresa ha llegado en enero de 2025, cuando los coches eléctricos alcanzaron una cuota del 33,8 %. ¿Cómo lo lograron? No con subvenciones directas a los compradores, sino con un incentivo fiscal muy bien dirigido: las empresas pueden deducirse hasta un 100 % de la compra de coches eléctricos. Esto ha llevado a que el 80 % de los coches eléctricos vendidos en el país estén registrados a nombre de una empresa.

Esto ha propiciado, a su vez, una estrategia empresarial innovadora, ya que estas utilizan los coches eléctricos como premio para sus empleados. En lugar de aumentar sus sueldos, les proporcionan un vehículo cero emisiones que abarata notablemente sus costes asociados al desplazamiento diario.

Bélgica ha seguido una estrategia algo diferente a la de Noruega, donde la exención del IVA fue clave para impulsar las ventas de coches eléctricos. En lugar de centrarse en ayudas generalizadas, han apostado por los vehículos de empresa, que en el país son un incentivo muy valorado para los trabajadores.

¿Un modelo a seguir?

La estrategia belga tiene muchas ventajas. Al centrarse en las empresas, los coches eléctricos entran rápidamente en el mercado y, en unos años, estarán disponibles en el mercado de segunda mano a precios mucho más accesibles para los compradores particulares. Además, al estar ligados a beneficios fiscales, no dependen tanto de ayudas directas que pueden ser retiradas de un día para otro.

Sin embargo, también hay inconvenientes. El Estado está asumiendo el coste de estas deducciones fiscales, lo que podría generar un desequilibrio presupuestario a largo plazo. Además, puede generarse un problema creciente con el mercado de segunda mano, ya que en otros países los coches eléctricos usados no tienen tanta demanda y las empresas de renting y leasing podrían enfrentarse a dificultades para darles salida.

Lo que está claro es que el modelo de Bélgica está funcionando y podría ser una inspiración para otros países europeos. Si el objetivo es acelerar la transición al coche eléctrico, quizá la clave no esté en dar ayudas directas a los compradores, sino en hacer que los coches eléctricos sean la opción más atractiva para empresas y trabajadores.

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