Gracias a esta tecnología podrás ahorrar hasta 2.900 euros al año con tu coche eléctrico
La carga inteligente puede ser una fuente de ingresos para los propietarios de coches eléctricos y una herramienta ideal para reducir los costes operativos y el coste total de propiedad de los vehículos.
Un estudio reciente de Eurelectric y la consultora EY ha revelado que los propietarios de coches eléctricos en Europa podrían ahorrar entre 450 y 2.900 euros anuales gracias al uso de la carga inteligente y bidireccional. Estas tecnologías no solo benefician a los conductores, sino que también ayudan a estabilizar la red eléctrica y optimizar el uso de energías renovables.
La carga inteligente permite que las baterías de los coches eléctricos almacenen el exceso de energía en momentos de baja demanda y la utilicen cuando la electricidad es más cara. Además, con la tecnología Vehicle-to-Grid (V2G), los coches pueden devolver energía a la red en horas punta, reduciendo así los cuellos de botella y mejorando la estabilidad del sistema eléctrico.
Sin embargo, a pesar del potencial de ahorro, el estudio señala que los consumidores aún carecen de incentivos económicos claros para participar en estos sistemas. Para aprovechar al máximo esta tecnología, sería necesario establecer señales de precio más transparentes, facilitar el acceso a mercados de flexibilidad y mejorar la interoperabilidad de los datos en el ecosistema de movilidad eléctrica.
Según el informe, la demanda de flexibilidad en Europa se duplicará en los próximos cinco años debido a la mayor penetración de energías renovables y la electrificación de sectores industriales y residenciales. Se estima que, para 2030, las baterías de los coches eléctricos podrían aportar una capacidad de 114 TWh, suficiente para abastecer a 30 millones de hogares al año, cubriendo aproximadamente el 4% del consumo eléctrico europeo. No obstante, este potencial aún está lejos de ser aprovechado.
Carga inteligente: incentivos y barreras para los conductores
Kristian Ruby, secretario general de Eurelectric, destaca que los propietarios de coches eléctricos podrían convertir sus vehículos en una fuente de ingresos al participar en estos esquemas de carga flexible. No obstante, recalca la importancia de ofrecer más opciones y beneficios económicos para fomentar su adopción masiva.
Según el estudio, si los consumidores aprovechan las oportunidades de flexibilidad, los costes operativos de un coche eléctrico podrían reducirse significativamente, situándolo por debajo del gasto total de un vehículo de combustión.
La carga pública, un factor clave
Otro aspecto crucial es la infraestructura de carga. En 2024, el número de puntos de carga públicos en Europa creció un 30%, alcanzando las 820.000 puntos activos. No obstante, para cumplir con los objetivos de la Unión Europea de llegar a 3,5 millones de puntos en 2030, será necesario acelerar el despliegue, instalando unos 8.600 nuevos puntos cada semana.
Además de las ventajas para los usuarios, las empresas eléctricas podrían ahorrar hasta 4.000 millones de euros al año gracias a una mayor flexibilidad ofrecida por las tecnologías V2G, lo que reduciría la necesidad de nuevas infraestructuras.
Sin embargo, para alcanzar este nivel de optimización, es fundamental implementar sistemas de monitorización en tiempo real y garantizar el acceso gratuito a datos interoperables, tal como establece la legislación de la UE sobre vehículos conectados, cuya aplicación aún está pendiente.
El futuro de la movilidad eléctrica no solo depende del avance tecnológico, sino también de políticas claras que incentiven la participación de los conductores y garanticen una red eléctrica más eficiente y sostenible.
Fuente | Eurelectric
