
Así pueden las baterías salvar a España de futuros apagones
Los sistemas de almacenamiento eléctrico se perfilan como la solución clave para evitar apagones y reforzar la red. Descubre cómo las baterías pueden asegurar la transición renovable y proteger infraestructuras críticas en España.

Ayer, España se ha dado cuenta de golpe de la importancia de los sistemas de almacenamiento estacionario en la red eléctrica, que se ha tornado en un aspecto crítico tras el apagón que afectó a buena parte de España. Este incidente ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de modernizar y fortalecer la infraestructura energética para garantizar un suministro estable y seguro frente a imprevistos como el vivido ayer. En este contexto, las baterías a pequeña y gran escala se presentan como una de las principales herramientas para poder realizar una transición hacia un sistema 100% renovable, ya demás mucho más seguro ante imprevistos como este.
Y es que una batería puede ser la diferencia entre el apagón total o una vida más o menos normal. Personalmente el evento me ha pillado en medio de la prueba de una batería portátil. Un acumulador de pequeño tamaño y bajo coste, que gracias a su capacidad, potencia (700 W nominales y 445 Wh) y su panel solar (100W) me ha permitido mantener ciertas cuotas de normalidad.
He podido tener internet, he podido ver la televisión, e incluso habría podido conectar un rato la nevera o una pequeña placa de inducción portátil que tengo por casa. Y eso que hablamos del modelo más sencillo de la marca. No es el lugar de hacer publicidad, será en un artículo aparte con la review que publicaré más tarde, pero tengo que decir que la marca es Bluetti y el modelo es el AC50B. Su propuesta más económica que tiene un coste de 379 euros. (No pongo enlace ya que como digo, no es un artículo patrocinado sino una simple casualidad el estar probando este modelo en este momento).
Y es que si con este modelo sencillo he podido ir tirando, esto quiere decir que con algo más grande, el nivel de normalidad habría sido mayor. También la inversión claro. Pero a donde quiero llegar es que si una simple persona con un coste muy bajo puede hacerlo, que no podrán hacer las administraciones y grandes empresas con sus enormes presupuestos. Pero claro, hay que invertir. Y eso duele cuando podemos estar dando bonus y dividendos.
Las baterías y las energías renovables son el futuro

Ya casi nadie duda de que las energías renovables como la solar y la eólica son esenciales para la descarbonización del sistema eléctrico, pero su producción es intermitente. La generación de energía depende de condiciones meteorológicas impredecibles, lo que puede provocar importantes desajustes entre la oferta y la demanda. Los sistemas de almacenamiento estacionario permiten almacenar el exceso de energía generado en momentos de alta producción y liberarlo cuando la generación es insuficiente, mitigando así las intermitencias.
Además, las baterías pueden desempeñar un papel vital en la regulación de la frecuencia de la red. En un sistema eléctrico, la frecuencia debe mantenerse dentro de un rango muy estrecho (habitualmente en torno a los 50 Hz en Europa). Fluctuaciones importantes pueden dañar equipos, provocar desconexiones automáticas e incluso generar apagones en cadena. Los sistemas de baterías pueden reaccionar en fracciones de segundo para inyectar o absorber energía y estabilizar la frecuencia, algo que los generadores tradicionales no pueden hacer con la misma rapidez.
La mejora de la seguridad energética del país pasa por la implantación de sistemas de almacenamiento estratégicamente distribuidos. Instalaciones de baterías podrían proporcionar energía de respaldo a hospitales, centros de datos, servicios de emergencia y otras infraestructuras críticas. De este modo, ante una interrupción generalizada de la red, estos servicios podrían seguir funcionando mientras se restablece el suministro.

Un ejemplo de éxito de implementación de baterías de gran escala es el proyecto de Hornsdale Power, en Australia, donde Tesla instaló el primer «megaparque de baterías del mundo». Con una potencia/capacidad de 150 MW/193,5 MWh, esta planta ha demostrado ser capaz de aportar estabilización de frecuencia y servicios auxiliares, reduciendo los costes para los operadores de red y mejorando la seguridad del suministro de la región australiana de Nueva Gales del Sur, muy afectada por constantes apagones.
Un parque superado de largo posteriormente en potencia y capacidad, como el parque Moss Landing de California, que cuenta con una potencia de 1.600 MW, y una capacidad de 3.200 MWh. Ambas cifras con posibilidad de ampliación posterior. China y Australia están construyendo megaproyectos aún mayores (como el Rongjiang Renewable Energy Hub, que superará los 5.000 MWh).
Proyectos que se verán favorecidos por la entrada de tecnologías como las baterías de sodio y de flujo, que permitirá desplegar grandes parques de baterías, más seguros, y más económicos.

Las aplicaciones reales a pequeña y mediana escala también son muy interesantes. Por ejemplo, los Megapack de Tesla, tienen un coste aproximado de unos 1.2 millones de euros por unidad instalada (sin incluir infraestructura adicional como terrenos o líneas de interconexión). Cada Megapack ofrece una potencia de 3 MW y una capacidad 3,9 MWh. Esto significa que, por ejemplo, un hospital mediano podría ser respaldado durante varias horas en caso de apagón completo, con una instalación de apenas unos pocos Megapack.
El precio de los sistemas de baterías ha ido disminuyendo de forma progresiva gracias a las economías de escala y las mejoras tecnológicas. Según informes recientes, el coste de almacenamiento a gran escala se sitúa hoy en torno a los 150-200 €/kWh instalado. Esto abre la puerta a la implantación masiva de estos sistemas en España como parte de un plan integral de refuerzo de la red eléctrica.
El Gobierno y las compañías eléctricas están comenzando a reconocer la necesidad de integrar almacenamiento en su planificación estratégica. La propuesta de la «Hoja de Ruta del Almacenamiento Energético» del Ministerio para la Transición Ecológica establece el objetivo de alcanzar 20 GW de almacenamiento para 2030. Cumplir esta meta requerirá una combinación de distintas tecnologías, pero las baterías de ion-litio, por su rapidez de respuesta y modularidad, jugarán un papel fundamental.
El coche eléctrico como herramienta complementaria

Otra alternativa complementaria es la tecnología V2G. Esta puede desempeñar un papel crucial en la regulación de frecuencia y la gestión de las intermitencias de la red eléctrica en España, especialmente en un sistema cada vez más dominado por energías renovables. V2G permite que los vehículos eléctricos, tanto coches como autobuses, camiones…etc, devolver energía a la red cuando sea necesario. Esta bidireccionalidad convierte a los eléctrico en pequeñas unidades móviles de almacenamiento, capaces de aportar estabilidad al sistema eléctrico.
En lo que respecta a la regulación de frecuencia, los vehículos conectados a la red pueden reaccionar casi instantáneamente ante desviaciones, inyectando, cuando hay falta, o absorbiendo energía, cuando hay sobreproducción, para mantener los 50 Hz requeridos. Dado que la respuesta de una batería es mucho más rápida que la de las centrales convencionales, su participación puede mejorar significativamente la calidad del suministro y prevenir desconexiones automáticas en momentos críticos.
Además, gracias a su número creciente, podrían convertirse en una red descentralizada de respaldo energético. En momentos de baja producción eólica o solar, miles de vehículos cargados podrían entregar energía acumulada a la red. Esto sería especialmente valioso durante picos de demanda o fallos de generación, como el vivido ayer, ayudando a suavizar las intermitencias propias de las renovables.

España, con su alta penetración de solar y eólica, tiene un gran potencial para beneficiarse de la tecnología V2G. Integrar esta solución en planes de movilidad eléctrica y normativa energética podría proporcionar una herramienta flexible y distribuida para reforzar la seguridad del sistema. Para lograrlo, será clave contar con una infraestructura de carga inteligente, normativas que incentiven la participación de los usuarios, y una integración eficiente en el mercado eléctrico. Así, el V2G no solo electrificará el transporte, sino que también ayudará a estabilizar el futuro energético del país.
También es clave que el estado deje de poner palos en las ruedas al coche eléctrico, diseñando un programa de incentivos bien dotado y efectivo, con menos burocracia y donde el comprador pueda disponer de su descuento en el concesionario. Eso, o retirar totalmente las ayudas, que ahora mismo son un freno para el despegue del coche eléctrico. No nos olvidamos de los infames aranceles a los coches eléctricos chinos. Unos aranceles que no afectan a los modelos de combustión llegados del gigante asiático. Otro palo en las rueda de los eléctricos desde la administración, en este caso de la europea.
Si España adopta con determinación el despliegue de almacenamiento estacionario, podrá no solo evitar los graves efectos de futuros apagones, sino también acelerar su transición hacia un sistema energético 100% renovable. La independencia energética, la reducción de emisiones y la seguridad de suministro son retos que, gracias a la tecnología de baterías, están hoy más al alcance que nunca, y, como hemos vivido, más necesario que nunca.
Un evento que también es una llamada a la acción de personas y empresas, que deberían buscar un respaldo energético adecuado a sus necesidades con unas baterías cada vez más capaces y cada vez más económicas.