Hidrógeno: ni coches, ni camiones. El fin del camino para la tecnología

El hidrógeno pierde fuerza como alternativa para el transporte sostenible tras múltiples quiebras de fabricantes y ventas residuales. La inversión en infraestructuras no ha logrado despegar el mercado, con costes por vehículo muy superiores a los del coche eléctrico. Incluso Toyota reconoce que su futuro es incierto.

Hidrógeno: ni coches, ni camiones. El fin del camino para la tecnología

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Publicado: 16/04/2025 11:40

Durante años, el hidrógeno ha sido presentado como la gran esperanza para una movilidad sin emisiones, especialmente en el transporte pesado. El futuro por encima de las baterías para los menos informados. Sin embargo, según un nuevo análisis de Colin McKerracher, responsable del área de transporte en Bloomberg Energy, este sueño parece estar apagándose. «Una creciente lista de quiebras entre fabricantes de camiones impulsados por hidrógeno indica que el ciclo está llegando a su fin».

Quiebras y escándalos

Empresas como Nikola, Hyzon Motors, Quantron o Hyvia han acabado en bancarrota tras no lograr consolidar sus modelos de negocio. El caso de Nikola es especialmente llamativo: su fundador, Trevor Milton, fue condenado por fraude. (posteriormente indultado por Donald Trump tras una generosa donación a su campaña).

El hidrógeno no despega ni en camiones ni en turismos

Nikola se declaró en quiebra a principios de año.

Aunque se pensaba que el hidrógeno podría ser la alternativa ideal para los vehículos pesados donde la tecnología de baterías aún es limitada, esa promesa se está desvaneciendo. Y en el caso de los coches particulares, el fracaso es aún más evidente: en 2024 se vendieron menos vehículos de hidrógeno en todo el mundo que coches de lujo de marcas como Ferrari, Rolls-Royce o Lamborghini. Otro dato, en 2024 se vendieron menos coches a hidrógeno que en 2023. Y en 2023 las ventas habían caído un 30% respecto a 2022.

A pesar de esto, fabricantes como Toyota, Hyundai, Honda y BMW habían apostado fuerte por esta tecnología, pero ya empiezan a mostrar dudas. El propio director de tecnología de Toyota, Hiroki Nakajima, ha reconocido que no puede asegurar un futuro prometedor para el hidrógeno.

Uno de los grandes obstáculos ha sido la falta de infraestructura, el alto precio del hidrógeno y la inexistencia de soluciones estandarizadas. A pesar de ello, se han invertido sumas millonarias en su desarrollo. La Unión Europea, por ejemplo, ha destinado más de 5.100 millones de euros a infraestructuras de combustibles alternativos, de los cuales el 24% fue a proyectos de hidrógeno, pese a que solo circulan 5.000 coches de este tipo por Europa.

El dato es demoledor: por cada coche eléctrico a batería se han invertido 86 euros en infraestructura. Por cada coche de hidrógeno, la cifra asciende a 78.000 euros.

Una tecnología que tampoco está encontrando mercados en otras aplicaciones, como la calefacción, para sustituir al gas. Y es que su manejo es muy complejo, y su producción extremadamente cara. Demasiados obstáculos para que alguien apueste por ello sin perder mucho dinero.

¿Una esperanza en China?

volvo trucks hidrógeno pila de combustible
El camión Volvo propulsado por hidrógeno ya está pasando los primeros test en circuito cerrado

China es uno de los pocos mercados donde el hidrógeno mantiene algo de pulso, aunque muy limitado. En 2024 se vendieron 3.900 camiones medianos y pesados impulsados por hidrógeno, lo que representa apenas el 5% de lo logrado por los modelos a batería.

Una carrera donde el tiempo va en contra del hidrógeno, ya que las baterías no paran de evolucionar, bajar precios, y la infraestructura de recarga se dispara en número, y también en potencia con estaciones con puntos por encima del MW. Una competencia imposible para un hidrógeno que en aplicaciones de transporte parece estar en un callejón sin salida.