¿Por qué China lidera el mercado del coche eléctrico y qué lecciones deja a Europa?

China lidera la movilidad eléctrica gracias a una estrategia política constante, fuerte inversión en infraestructuras y precios competitivos. Además, ofrece ayudas amplias para todo tipo de vehículos electrificados. Su éxito también se apoya en fabricantes innovadores y consumidores jóvenes abiertos a la tecnología.

¿Por qué China lidera el mercado del coche eléctrico y qué lecciones deja a Europa?
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Publicado: 15/04/2025 09:32

Cuando hablamos de movilidad eléctrica, todos miran a China. No es casualidad: el gigante asiático no solo vende más eléctricos que nadie, también ha creado un ecosistema imparable. Ralf Brandstätter, directivo de Volkswagen, ha analizado por qué están tan por delante… y lo mucho que Europa debería aprender.

Determinación política

Brandstätter señala primero la «visión política a largo plazo» de China. Desde hace más de 20 años, el gobierno chino ha creado un marco integral para fomentar condiciones atractivas para los coches eléctricos, incluyendo «el palo y la zanahoria» con cuotas obligatorias de ventas, con amenaza de expulsión del mercado si no se cumplían, al mismo tiempo que daba ingentes cantidades de ayudas a los fabricantes para pasarse a lo eléctrico.

Esta continuidad en el apoyo estatal ha sido clave para generar confianza en los consumidores, a diferencia del enfoque más inestable de Europa, donde el marco legal cambia constantemente, con ayudas que aparecen y desaparecen, programas muy confusos en lo burocrático, lo que crea un clima de poco optimismo entre vendedores y compradores.

Variedad en las ayudas

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En China, las subvenciones cubren tanto a los coches eléctricos puros, los híbridos enchufables y los híbridos completos, lo que permite que cada ciudadano encuentre una solución adecuada. Incluso los modelos con extensor de autonomía están incluidos, facilitando así la transición progresiva hacia lo eléctrico a todo el mundo.

Unos programas estables que se suman a las ayudas locales de las grandes ciudades y los incentivos regionales, que permiten reducir de forma sustancial el precio de los coches eléctricos.

Infraestructura de carga

Siete de cada diez puntos de carga públicos del mundo están en China. Desde el inicio, el despliegue de infraestructuras ha sido una prioridad política. El país cuenta con una red extensa, tanto en las ciudades como en las zonas rurales y en autopistas. Esto ha sido clave para reducir el temor a la autonomía limitada.

Costes energéticos

Las ventas de coches eléctricos chinos en Europa notan los efectos de los aranceles.

Cargar un coche eléctrico en China cuesta solo una cuarta parte de lo que se paga en España, y una sexta parte de lo que pagan los alemanes. Por otro lado, conducir un coche de combustión es cuatro veces más caro. Además, como hemos visto antes, hay ayudas pública para la compra de eléctricos, lo que equilibra la balanza frente a los modelos tradicionales.

Fabricantes con visión

En este ecosistema propiciado por la política, los fabricantes chinos han encontrado oportunidades de crecimiento, invirtiendo decididamente en I+D. Han logrado avances rápidos tanto en hardware como en software, impulsando así el progreso tecnológico en todos los aspectos. Software, plataformas, motores, baterías y tecnología, en una competencia brutal que empuja los límites en cada nuevo lanzamiento, incluyendo los modelos más económicos que se benefician directamente de este desarrollo acelerado.

Consumidores entusiastas

El comprador medio de un coche nuevo en China tiene poco más de 30 años, es decir, unos 20 años más joven que en Europa. Son usuarios muy abiertos a las nuevas tecnologías y prefieren, por ejemplo, el control por voz a los botones físicos. Esta mentalidad favorece una mayor receptividad hacia la movilidad eléctrica y los fabricantes locales lo han visto, comprendido, y adaptan su oferta también a este importante grupo. Mientras tanto, en Europa se diseñan coches pensando en los clientes de toda la vida, olvidándose de las nuevas generaciones que pierden el interés en conducir ya que no encuentran lo que buscan.

Finalmente, el directivo de Volkswagen reflexiona sobre lo que Europa puede aprender: «Las grandes transformaciones a largo plazo requieren una política industrial firme y coherente«. Además de ayudas constantes, pide tarifas eléctricas más bajas y apoyo a los híbridos enchufables como paso previo hacia el vehículo eléctrico a batería.

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