
Así es el Nissan Sakura, el coche eléctrico de bajo coste que Europa toma como referencia para la nueva categoría
El Nissan Sakura es un coche eléctrico urbano que destaca por su tamaño reducido y su gran aprovechamiento del espacio. La revista británica Autoexpress lo ha probado en Japón para saber si tendría hueco en el mercado europeo y como ejemplo de una futura categoría europea de bajo coste.

La Unión Europea y varios fabricantes llevan tiempo dándole vueltas a una nueva categoría de coches eléctricos de bajo coste, con menos exigencias normativas y precios realmente accesibles. En ese contexto, Autoexpress se ha desplazado hasta Japón para ponerse al volante del Nissan Sakura, un modelo que sirve como plantilla para entender por dónde podrían ir los tiros en Europa dentro de unos años.
El Nissan Sakura pertenece a la categoría de los kei car, un tipo de coche muy popular en Japón que lleva décadas demostrando que se puede fabricar movilidad personal económica, eficiente y perfectamente adaptada a la ciudad. Ahora, con la electrificación en marcha, este concepto cobra aún más sentido, especialmente para un mercado europeo que busca llenar el vacío de coches nuevos entre 10.000 y 15.000 euros.
Detrás de esta iniciativa europea hay un objetivo claro: reducir el coste de fabricación y compra de los coches eléctricos, proteger a la industria local frente a modelos baratos importados y ofrecer alternativas reales a quienes solo necesitan un coche para moverse a diario. Para lograrlo, los reguladores estudian simplificar elementos costosos, limitar dimensiones y potencia, y fomentar la producción local con proveedores cercanos.
¿Qué es un kei car y por qué importa a Europa?

Los kei car deben cumplir unas normas muy estrictas en Japón, que afectan a dimensiones exteriores, potencia y planteamiento general. En el caso del Nissan Sakura, hablamos de un coche que no puede superar los 3.400 mm de largo ni los 1.480 mm de ancho. Para ponerlo en contexto, incluso el Toyota Aygo X que se vende en Europa es 376 mm más largo y 260 mm más ancho.
La altura máxima permitida, de hasta 2.000 mm, es clave para entender su diseño. Nissan ha optado por una carrocería muy alta y estrecha, casi vertical, que puede parecer simpática o incluso extraña, pero que permite aprovechar el espacio interior de forma sorprendente. No solo hay buena altura libre, sino que el espacio para piernas es notable tanto delante como detrás.

Los coches eléctricos encajan especialmente bien en este formato. El motor ocupa poco espacio, la batería va bajo el suelo y la posición de conducción se eleva sin comprometer el confort. El resultado es un interior amplio en relación al tamaño exterior, algo muy atractivo para entornos urbanos europeos.
Eso sí, hay concesiones inevitables. El ancho limitado reduce el espacio para hombros y lo normal es que el coche esté homologado para cuatro ocupantes. Además, la aerodinámica no es su punto fuerte, lo que penaliza la autonomía en carretera. Aun así, como solución para ciudad y desplazamientos cortos, el planteamiento resulta muy coherente.
Así es conducir el Nissan Sakura

Según Autoexpress, la primera sensación al volante del Nissan Sakura viene marcada por su anchura: todo queda muy cerca, especialmente la puerta del acompañante. A cambio, la posición elevada y la línea de cintura baja ofrecen una visibilidad excelente, algo que se agradece en ciudad.
El diseño interior tampoco sigue las modas europeas. No hay consola central y muchos mandos están agrupados cerca de la rodilla, con un selector de marchas en el salpicadero. Puede parecer raro al principio, pero encaja con la filosofía de simplicidad del modelo.
Pese a su tamaño, el interior transmite una sensación de amplitud notable. La segunda fila ofrece buen espacio para piernas y cabeza, y aunque el maletero es corto, su altura permite aprovecharlo mejor de lo esperado. En términos de relación entre tamaño exterior y espacio interior, pocos coches eléctricos en Europa pueden competir con esta eficiencia.

En calles estrechas de barrios residenciales de Yokohama, el Sakura se mueve con una facilidad pasmosa. Calles donde peatones y ciclistas conviven con el tráfico dejan claro el valor de un coche tan estrecho, algo que también entenderán quienes circulan por cascos históricos europeos o calles secundarias de pueblos.
En marcha, el comportamiento es el típico de un coche eléctrico pequeño: respuesta inmediata y sensación ágil. Su potencia es modesta, con 63 CV, pero el par de 195 Nm hace que se sienta más vivo que muchos urbanos de gasolina. Todo está bien ajustado, sin movimientos bruscos ni frenadas incómodas, y la frenada regenerativa está bien integrada.
La batería es de solo 20 kWh, lo que limita la autonomía a unos 180 kilómetros homologados, que se quedan cerca de los 140 km en en mundo real. No es una cifra brillante, pero suficiente para uso urbano y trayectos entre pueblos. Además, puede cargarse del 0 al 80% en unos 40 minutos, algo razonable para su planteamiento.
Autoexpress destaca que el Nissan Sakura parece hecho a medida de su entorno, algo que no siempre se puede decir de muchos coches modernos en ciudades europeas saturadas. Frente a la compra de modelos grandes por imagen o desinformación, este kei car representa una forma de pensar más racional y práctica.
Ejemplos como el Suzuki Jimny, el Honda e o incluso el peculiar Aston Martin Cygnet demuestran que los coches pequeños y bien planteados pueden resultar atractivos para todo tipo de compradores. En ese sentido, el Nissan Sakura podría encajar perfectamente en ciudades y pueblos europeos, ofreciendo una movilidad sencilla, lógica y sin complejos, siempre y cuando el precio acompañe.
¿Cuál pensáis que sería el precio con el que podría competir en Europa?
Fuente | Autoexpress



