
Una batería del tamaño de un edificio para respaldar la red eléctrica
China ha inaugurado una gigantesca batería basada en energía por gravedad, capaz de almacenar 100 MWh. Esta tecnología permite recargar vehículos eléctricos de forma limpia y estable. Es un modelo escalable que podría replicarse en todo el mundo.

El mundo avanza hacia un modelo energético más sostenible, donde la electrificación del transporte plantea un reto clave: cómo recargar millones de vehículos eléctricos de forma estable y segura. China ha dado un paso decisivo con la instalación de la primera batería gravitacional a gran escala, una solución tan innovadora como ambiciosa que abre una nueva era.
La tecnología empleada en este proyecto, desarrollada por la empresa suiza Energy Vault, se basa en un principio similar al de las centrales hidroeléctricas por bombeo: almacenar energía mediante bloques de hormigón que se elevan y descienden utilizando grúas, generando electricidad gracias a la fuerza de la gravedad. A diferencia de otras soluciones de almacenamiento, este sistema destaca por su escalabilidad y bajo impacto ambiental.
Ubicada en la provincia de Jiangsu, la instalación conocida como Rudong EVx entró en funcionamiento hace unos meses y ya está conectada a la red eléctrica china. Con una capacidad de 100 MWh, esta batería es capaz de suministrar energía limpia y estable a toda una región, al tiempo que regula la red, almacena excedentes de las fuentes renovables, y da respaldo a las estaciones de carga rápida para evitar la saturación de la red.
Un modelo exportable al resto del mundo

La apuesta china no se detiene en Rudong. Existen ya varios proyectos en marcha para replicar esta tecnología en diferentes zonas del país, lo que posiciona a China como pionera en almacenamiento energético de nueva generación. El objetivo es claro: garantizar la estabilidad de la red, reducir la dependencia de fuentes contaminantes y facilitar la transición hacia un transporte 100% eléctrico.
El sistema ha sido fabricado con materiales reciclados y un enfoque modular que permite su construcción rápida y con bajo impacto ambiental. Esto convierte a las baterías gravitacionales en una alternativa viable frente a los sistemas químicos tradicionales, cuyo coste y huella ecológica siguen siendo elevados.
Fuente | Energyvault