El fabricante norteamericano Fisker ha anunciado la paralización de su actividad en suelo americano mientras renegociar los condiciones del préstamo de 529 millones de dóalres que recibirá del Departamento de Energía. Esto ha supuesto el despido de 26 trabajadores que realizaban sus labores en la planta de Delaware, y otros 40 puestos de trabajo, principalmente directivos y diseñadores, podría correr la misma suerte si no se resuelve el conflicto de una forma rápida.
Esta medida de presión tomada por Fisker ha sido motivada por la lentitud en la llegada del dinero para el desarrollo del programa de coches eléctricos de Fisker. Hasta el momento, según el fabricante, han recibido 193 millones de dólares, destinados principalmente al desarrollo del Karma, mientras que los restantes 336 millones deberían ser invertidos en los nuevos modelos que serán fabricados íntegramente en suelo norteamericano.
Parece que la marcha irregular de las ventas del Karma podría estar motivando desconfianza en el departamento de energía norteamericano, el encargado de otorgar las correspondientes ayudas, una desconfianza a la que no ha ayudado el últimos problemas detectados en las baterías de algunas unidades del Karma, que ha obligado al fabricante a realizar una llamada a revisión y que supondrá la sustitución de todos los Karma entregados desde el pasado mes de julio.
Desdel Fisker se espera llegar a un acuerdo lo antes posible, pero sin duda que la paralización de la planta norteamericana es una medida de fuerza que suena algo desesperada y que puede tener unas consecuencias imprevisibles.
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Fuente:
Autonews
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