Hoy 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Tierra. Uno de esos eventos destinados a llamar la atención sobre problemas que muchos viven y sufren nada más salir de sus casas. Uno de los más importantes en nuestro país es la calidad de aire en nuestras ciudades, que tiene un culpable, y también muchas soluciones.
Según un estudio de Ecologistas en Acción, en España el principal foco de contaminación en las ciudades es el tráfico rodado. Un problema más serio de lo que las administraciones nos dan a entender, y para ello nada mejor que una estadística. En España fallecen 12 veces más personas por la mala calidad del aire que por accidente de tráfico.
Entonces si sabemos el problema, y también somos conscientes de su peligro, ¿por qué no se actúa? La explicación no es fácil, pero en nuestro país casi todo atiende a razones políticas, y meter mano en el tráfico de las grandes ciudades puede ser traumático a nivel electoral. Por lo que a falta de un análisis más profundo, podemos pensar que es por una simple cuestión de interés político.
¿Que podemos hacer?
Evidentemente soluciones hay, y además tenemos la tecnología de nuestro lado. Como ejemplo la deriva a la baja de las emisiones en lugares como Noruega, donde la adopción masiva de los coches eléctricos ha permitido bajar la media de emisiones hasta los 93 gramos por kilómetro. Un objetivo que la Unión Europea se ha marcado para 2018.
No se trata de una transición que podamos hacer de un día para otro. Para muchos usuarios la tecnología no está lista, ya sea a nivel de rendimiento, o a nivel económico. Pero desde las administraciones debería hacerse todo lo posible por favorecer y animar a los que puedan dar el salto a los eléctricos, y no redactar programas de ayuda tan absurdos y chapuceros como el MOVELE 2015.
También se debería favorecer la transición de los servicios de transporte público hacía sistemas más sostenibles. Tenemos el ejemplo de Holanda, que quiere que para 2026 el 100% de los autobuses que circulen por sus carreteras sean eléctricos. Y para 2026 sólo faltan diez años y medio. No es demasiado tiempo.
Otro aspecto es tratar de convencer a la gente que entrar en las ciudades con su coche no es una buena idea. Pero para ello hay que ofrecer alternativas válidas para la mayor parte de los usuarios. Tenemos el ejemplo de París, que ha puesto en marcha un sistema integral de alquiler de bicicletas, Velib, de motos eléctricas, CityScoot, y también de coches eléctricos, Autolib.
Nadie tiene la solución mágica, pero está claro que en este día tan señalado, es importante que las administraciones dejen de pensar en lo que sucede en las urnas cada 4 años, y empiecen a tomarse mucho más en serio un problema de emisiones en las ciudades que cuesta la vida y provoca enfermedades crónicas a miles de personas cada año, y que no se merece la desidia del gobierno, independientemente del color que este tenga.
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