Desde hace unos años Oslo se ha convertido no sólo en la capital de Noruega, también es la capital mundial del coche eléctrico. A finales de mayo el número de coches eléctricos censados en Oslo era de nada menos que 58.989 unidades, entre eléctricos e híbridos enchufables. Con mucha diferencia la mayor densidad por habitante de las capitales tanto de Europa, como del resto de mercados.
Pero para lograrlo, los noruegos han tenido que poner en marcha un agresivo plan de incentivos que ha dado como resultado que un país rico, y productor de petróleo, se haya convertido en el mejor ejemplo de que es posible lograr unas cuotas de mercado elevadas incluso en esta primera generación de coches eléctricos.
El resultado además de una buena cuota de publicidad, ha sido la disminución de las emisiones contaminantes en sus calles. Un ejemplo son los 96 gramos de CO2 por kilómetro que han logrado los modelos vendidos el pasado mes de junio. Una cifra muy por debajo de los objetivos de Europa, y que cumple futuras legislaciones.
Esto le ha valido a Oslo el premio E-Visionary que se entrega en cada edición del EVS, y que este año ha tenido lugar en la localidad coreana de Goyang. Un premio que reconoce todos los esfuerzos que desde el gobierno noruego se ha realizado para la promoción del coche eléctrico.
Un ejército de medidas con un plan serio, donde además de exención de los fuertes impuestos que los coches tienen en este mercado, se han aplicado también otras medidas complementarias, como la instalación de una robusta red de puntos de recarga, se ha facilitado el acceso a los carriles bus, peajes gratuitos en las autopistas, exención del pago del transporte del coche en los ferrys…etc etc.
Un plan que tenía el objetivo de lograr 50.000 coches eléctricos entre los años 2012-2017, y que apenas a mitad de camino ya se ha alcanzado.
Vía | EVS28