Las adquisiciones de coches eléctricos por parte de las administraciones públicas tienen dos partes positivas. Por un lado tiran de unas ventas que todavía no acaban de despegar. Por el otro lado las arcas públicas logran poco a poco ir mejorando sus cifras gracias a la mayor eficiencia y menor mantenimiento de los sistemas de propulsión eléctricos.
La ciudad de Nueva York así lo ha entendido, y esta semana a confirmado el plan para invertir entre 50 y 80 millones de dólares en renovar parte de su flota municipal, y cambiarlos por coches eléctricos.
En total será unos 2.000 vehículos los que sustituirán a modelos gasolina. Una transformación que según los representantes del consistorio neoyorquino, permitirá una reducción de al menos un 9% en las emisiones de la flota. Además de coches, el proyecto tiene previsto invertir también en la infraestructura de recarga, necesario para el correcto funcionamiento de estos nuevos miembros de la flota municipal.
Nos falta conocer tal vez el dato más interesante, el ahorro económico que supondrá esta inversión a corto y medio plazo para las arcas municipales. Una cifra sin duda elevada que animará a Nueva York a profundizar en la renovación de sus vehículos y que tendrá un impacto muy importante a largo plazo.
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Vía | New York Post