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El jefe de Toyota se pone al frente de la nueva división de coches eléctricos

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Hace unas semanas hemos sido testigos de un histórico giro de los acontecimientos en la relación de Toyota con los coches eléctricos a batería. Después de quedarse prácticamente solos en su apuesta exclusiva por el hidrógeno, por fin el fabricante japonés ha decidido ampliar sus horizontes con la creación de una división dedicada en exclusiva al diseño de coches eléctricos.

Este movimiento de crear una empresa independiente, atendía a la necesidad de acelerar los plazos de un proyecto que lleva mucho retraso respecto al de otros fabricantes, como el grupo Renault-Nissan, e incluso con el de los fabricantes alemanes. Una división pequeña, con bastante autonomía, que permitirá sortear los complejos y lentos resortes de un gigante como Toyota.

Ahora sabemos que al frente de esta nueva división estará nada menos que Akio Toyoda. Presidente de Toyota, y nieto del fundador del fabricante nipón. Una figura muy respetada en Japón, con experiencia en la dinamización de divisiones como Lexus, y al que se sumará Koji Toyoshima, actualmente el ingeniero jefe de los híbridos de Toyota, y que se unirá al departamento de eléctricos para dirigir el equipo de ingeniería..[blocktext align=»center»]toyota-corolla-furia-conceptSegún el ex-ingeniero jefe de Toyota, fabricar un coche eléctrico de hasta 250 kms de autonomía es más barato que un híbrido y que un diésel [/blocktext]

El objetivo de Toyoda será la de gestionar una inversión inicial de 1.000 millones de dólares, que serán destinados a la creación de una oficina en Silicon Valley, así como en sentar las bases del primero modelo eléctrico que llegará en 2020. Además tendrá que trabajar en un segundo frente, como es la conducción autónoma. Una tecnología que para finales de la década debería formar parte de la propuesta de Toyota.

Queda por ver si aquí los japoneses mantienen una política conservadora, comenzando con un sistema autopilotado, que obligue al conductor a mantener parte del control del vehículo, o se lanzan de cabeza a un sistema que controle totalmente el funcionamiento del vehículo.

Por supuesto, Toyota no dejará de insistir con el hidrógeno. Para 2020 esperan lograr colocar unas 30.000 unidades al año de sus modelos impulsados por una pila de combustible de hidrógeno. Una cifra que parece bastante optimista si tenemos en cuenta no sólo la evolución de los coches eléctricos a batería, sino sobre todo, la lentitud de la expansión de una red de reportaje de hidrógeno de la que nadie quiere hacerse cargo.

Lo más importante sin duda es que Toyota por fin se ha subido al carro del coche eléctrico, que como podemos ver, no supone excluir a los modelos a hidrógeno. Dos tecnologías que pueden convivir dentro de la oferta de Toyota.

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Vía | WSJ

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