
5 fallos que más problemas dan los Tesla de segunda mano
Si estás buscando un Tesla de segunda mano, sin duda es un momento muy interesante ya que los precios han bajado de forma drástica. Pero también debes tener en cuenta que los modelos del fabricante americano llegan con algunos problemas por la mejorable calidad de fabricación y controles de calidad que debes tener en cuenta.

En los últimos meses se han multiplicado los informes que dejan en mal lugar a los Tesla cuando se analizan como coches de segunda mano. Rankings de calidad a largo plazo, estudios de fiabilidad y estadísticas de inspecciones técnicas coinciden en un diagnóstico poco halagador. Sin ir más lejos, Consumer Reports situó a la marca estadounidense en el último puesto de su análisis de coches con entre cinco y diez años de antigüedad.
En Europa el panorama no es mucho mejor. En el último informe del TÜV alemán, centrado en coches eléctricos, el Tesla Model Y cerró la clasificación con una tasa de defectos del 17,3% en su primera inspección obligatoria. Justo por delante quedó su hermano berlina, el Tesla Model 3, con un 13,1% de vehículos que no la superaron a la primera. Datos que, lógicamente, generan dudas entre quienes se plantean comprar uno usado.
La pregunta es clara: ¿dónde fallan los Tesla cuando dejan atrás la etapa de coche nuevo o seminuevo? La buena noticia es que los problemas se concentran en unos pocos puntos muy concretos. De hecho, la mayoría de los fallos recurrentes en Model 3 y Model Y se pueden resumir en cinco grandes apartados.

1. Suspensiones y elementos del eje
El desgaste prematuro de componentes del chasis es un problema bastante habitual en los coches eléctricos, y Tesla no es una excepción. El peso elevado de las baterías somete a un mayor esfuerzo a brazos, rótulas y silentblocks, especialmente en las primeras generaciones, que no siempre estaban bien dimensionadas para ese sobrepeso. Con el paso de los años este aspecto ha mejorado, también en Tesla, pero sigue dejando víctimas por el camino.
En el caso concreto de la marca, hay un punto especialmente delicado: los brazos superiores de la suspensión delantera. Sus rótulas no están bien protegidas frente al agua y, para colmo, justo encima desemboca el drenaje del parabrisas. El resultado es que el agua se acumula en esa zona y acelera la corrosión. Al cabo de dos o tres años empiezan los chirridos y crujidos, señal clara de que la rótula está llegando a su fin. En los primeros años, Model 3 y Model Y compartían exactamente la misma solución, y hoy los talleres de Tesla ya están más que acostumbrados a sustituir estas piezas.
2. Frenos poco utilizados
Otro clásico en los coches eléctricos. Y aquí, más que un fallo de diseño, el problema suele estar en los hábitos de conducción. Tesla apuesta fuerte por la frenada regenerativa, que permite decelerar el coche simplemente levantando el pie del acelerador, hasta llegar incluso a detenerse por completo. Este sistema, conocido popularmente como conducción con un solo pedal, es eficiente y cómodo… pero tiene efectos secundarios.
Al usar poco el pedal de freno, los discos y pastillas apenas trabajan. El óxido superficial que aparece de forma natural no se elimina y acaba quedándose fijo en los discos. Con el tiempo, esto puede derivar en pérdida de eficacia de la frenada y defectos detectables en la inspección técnica. Desde el TÜV recomiendan algo tan simple como usar el freno de forma intencionada de vez en cuando, para mantener el sistema en buen estado.
3. Problemas de iluminación
La iluminación es otro de los puntos negros que aparecen con demasiada frecuencia en la primera inspección de los Tesla. Los examinadores detectan fallos en los faros delanteros por encima de la media, tanto en el Model 3 como en el Model Y. En menor medida también se han registrado problemas en los pilotos traseros.
De hecho, en 2022 hubo incluso una llamada a revisión porque, debido a un fallo de software, las luces podían dejar de funcionar de manera intermitente. Por suerte, este problema se solucionó con una actualización remota, uno de los puntos fuertes de la marca.
4. Defectos de acabado
Los Tesla anteriores a las actualizaciones Highland en el Model 3 y Juniper en el Model Y arrastran una mala reputación. Ajustes mejorables, holguras irregulares, molduras mal alineadas, ruidos aerodinámicos, zonas donde el roce deja marca y, en casos más graves, problemas de pintura que acaban derivando en óxido. También eran unidades mucho menos eficientes que las posteriores, y como ejemplo los datos de autonomía homologada que ha pasado de los apenas 550 km WLTP del primer Model 3 Long Range Dual Motor, a los 602 km del modelo de 2021, hasta los 660 km del actual. A esto se suma la degradación de la batería con el paso de los kilómetros, por lo que no es raro que los primeros modelos apenas lleguen a los 300 km de autonomía en autovía.
En las primeras unidades, estos defectos no eran la excepción, sino casi la norma. Con el tiempo la marca ha ido puliendo procesos y mejorando la calidad percibida, pero en el mercado de segunda mano siguen circulando muchos ejemplares que muestran estas carencias.
5. Ausencia de mantenimientos programados
Este punto es menos evidente, pero tiene un impacto directo en las malas estadísticas. Tesla no establece intervalos de mantenimiento obligatorios. La filosofía es revisar el coche solo cuando hay un problema. ¿Qué ocurre entonces? Que fallos progresivos en suspensión o frenos pasan desapercibidos durante meses y acaban saliendo a la luz en la inspección técnica, disparando la tasa de defectos.
Desde el TÜV apuntan claramente a esta falta de revisiones periódicas como uno de los factores que explican el mal resultado del Model Y en su informe más reciente. Por lo tanto, si tienes un Tesla, no dejes de visitar el taller de vez en cuando. Por ahorrar 150 o 200 euros cada año o cada año y medio, no corras el riesgo de una reparación de miles de euros.
Ahora bien, no todo son sombras en los Tesla de segunda mano. Los interiores suelen envejecer razonablemente bien y están a la altura de otros coches de su rango de precio. Además, el organismo alemán destaca que tanto el Model 3 como el Model Y llegan a su primera inspección, tras tres años, con kilometrajes muy elevados, alrededor de 56.000 kilómetros en el Model 3 y 55.000 kilómetros en el Model Y. Y, lo más importante, casi nunca presentan fallos en el sistema de propulsión ni en la batería.
Conclusión

La conclusión es que, como vemos, los Tesla encabezan los rankings de fallos, pero lo hacen con errores bastante superficiales y fácilmente solucionables. Suspensiones, frenos, iluminación y acabados que penalizan su imagen de calidad.
Aun así, un Tesla de segunda mano puede ser una compra interesante, siempre que las piezas problemáticas ya hayan sido sustituidas o revisadas. Porque, cuando se trata de motor y batería, siguen demostrando una resistencia notable con el paso de los kilómetros.


