La ciudad de Sacramento, California, ha puesto en marcha la mayor flota de autobuses eléctricos destinados al transporte escolar. Los icónicos modelos amarillos, que hemos visto en infinidad de películas, que a partir de ahora se encargarán del traslado de los estudiantes, y lo harán sin ruido y con cero emisiones.
En total la flota estará formada por 29 unidades que dará servicio a un total de 3 colegios. Un proyecto que ha sido apoyado por el gobierno de California con 7.5 millones de dólares, mediante el uso de los fondos de la «ley del aire». Una normativa que recauda el dinero por las emisiones de dióxido de carbono entre las empresas locales y que se invierte en iniciativas sostenibles. El resto ha sido aportado por varias empresas locales, que han puesto sobre la mesa los los otros 7 millones de dólares necesarios para poner en marcha esta importante iniciativa.
Para los responsables del proyecto, este supone un paso adelante de cara a la lucha contra el cambio climático. Una batalla más dura que nunca por el reciente anuncio del presidente de los Estados Unidos por abandonar los acuerdos de París.
Además de reducir emisiones, la adopción de una flota de autobuses 100% eléctrico permitirá inculcar entre los más jóvenes los beneficios de la movilidad eléctrica. Algo que muchas veces damos por sentado que los más jóvenes ya conocen, pero que este tipo de iniciativas sirve para mejorar los conocimientos y convertirlos en embajadores de los sistemas eléctricos dentro de sus familias.
También se destaca el menor coste operativo que tendrá la flota, que recargará sus baterías por las noches aprovechando las tarifas más económicas. Una iniciativa realmente destacable, que supone según sus promotores una forma perfecta de poner a trabajar el dinero recaudado por los programas que reducción de emisiones contaminantes.
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