El Vicepresidente de la Comisión Europea, y al cargo del departamento de energía, Maros Sefcovic, ha realizado un llamamiento a los fabricantes europeos para evitar la pérdida irreversible de competitividad del sector de la automoción en la producción de baterías para coches eléctricos.
Según el Sr Sefcovic, Europa debe producir sus propias baterías para de esa forma poder competir contra Estados Unidos o China, y no dejar caer en manos foráneas un elemento clave de las próximas generaciones de vehículos. Para el directivo, asiáticos y americanos se han movido mucho más rápido que los del viejo continente en este apartado.
El representante de la UE ha comparado esta iniciativa con la realizada en los años 70, cuando diferentes conglomerados europeos sumaron fuerzas para poner en marcha Airbus, y de esa forma hacer frente a los americanos de Boeing.
Pero para eso hará falta dinero, mucho dinero. No sólo en la producción de las propias baterías, sino también en la investigación y desarrollo de las nuevas tecnologías de almacenamiento, el propio desarrollo de vehículos eléctricos, así como la fundamental expansión de las redes de recarga públicas. Algo que desde la UE quieren acelerar con la inyección de 2.000 millones de euros en este tipo de proyectos.
Al mismo tiempo desde Europa se pondrán en marcha medidas destinadas a presionar a los fabricantes para que apuesten con más decisión por los coches eléctricos. Será con ma introducción de las polémicas cuotas de ventas. Un proyecto que sigue el ejemplo de China, y que cuenta con fuertes detractores. Pero que desde Bruselas se quiere sirva como incentivo extra para que los grandes grupos den un paso al frente en su apuesta eléctrica.
Y es que no hay nada mejor que la unión para hacer la fuerza. Algo que los fabricantes de todo el mundo llevan haciendo décadas en aspectos como el compartir plataformas o componentes, y que en el caso de las baterías cobra todavía más fuerza. Una suma más necesaria que nunca que Europa quiere mantener una buena parte de la cadena de producción en sus manos, y no en manos chinas, coreanas o japonesas.
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Vía | France24
