Tesla no cumplirá con el objetivo de despliegue de Supercargadores, pero logra un número récord de nuevas estaciones

Los Supercargadores se ha convertido en una de las piedras angulares de la estrategia de Tesla. Una red de recarga rápida que permite a los propietarios de uno de los modelos del fabricante norteamericano poder moverse en largas distancias con cierta soltura. Un valor añadido que para muchos marcará la diferencia entre optar por una u otra marca en el futuro.

La pasada primavera Tesla confirmaba los ambiciosos planes de expansión de esta red. La idea era lograr duplicar el número de puntos en un año, pasando de un total de 5.000 repartidos por 770 estaciones, a una cifra de unos 10.000.

Ahora Tesla ha confirmado que no logrará cumplir esta marca, y cerrará el año con una cifra de 8.250 puntos repartidos en 1.120 estaciones. Una pequeña diferencia que no evita que este haya sido un año récord para los de California con un 38% más estaciones que su anterior año más fructífero.

Entre las razones de no lograr la cantidad aguardada podría estar el que Tesla ha centrado sus esfuerzos en la segunda mitad del año en poner en marcha la línea de producción del Model 3. Un proyecto que ha consumido grandes recursos y que ha podido frenar algunos fondos para los Supercargadores.

También está el cambio de estrategia en el despliegue, apostando cada vez más por grandes estaciones dotadas de espacio para el descanso. Unos espacios también dotados de paneles solares y baterías que han encarecido el precio.

Este incremento también lo hemos visto con especial intensidad en nuestro país. En España Tesla ha pasado de tener 10 estaciones abiertas en abril de este año, a las 17 ya activas, a las que se sumarán en las próximas semanas al menos otras dos estaciones más que afrontan su última fase de construcción.

Una red que lleva años de ventaja a otras iniciativas que de forma dispersa han comenzado a poner otros fabricantes. Unas iniciativas hasta ahora tímidas por razones obvias, ya que la mayor parte de estos fabricantes no tienen coches eléctricos, y los que los tienen son vehículos de uso urbano o periurbano, por lo que no era necesaria una red como la de Tesla. Pero ahora la competencia ha empezado a despertar con iniciativas como Ionity, o la incorporación al negocio de petroleras como Shell.

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Vía | Electrek