La revolución del coche eléctrico y autónomo. 200 millones menos coches en Estados Unidos para 2030

La conducción autónoma y los sistemas de propulsión eléctrica conducirán al mundo del automóvil hacia una nueva revolución. Una sinergia entre ambas tecnología que supondrá que los vehículos además de más eficientes y económicos de operar, serán cada vez más atractivos para los sistemas de car sharing.

Esto supondrá que en pocos años será mucho más económico pedir un coche cuando lo necesitemos, que tenerlo en propiedad. Algo que supondrá que cada vez menos gente se comprará un coche. Una situación que el equipo de investigación norteamericano RethinkX se ha lanzado a estimar.

Según este informe, para 2030 el 95% de los desplazamientos en Estados Unidos se realizarán usando un sistema de conducción autónoma. Unos vehículos que para esa fecha serán ya el 60% de la flota en este mercado, y que podrán ser contratados a demanda por el usuario.

Por cada coche autónomo que llegue a la carretera, este sustituirá a un amplio número de coches privados, que ya no serán fundamentales o tan interesantes desde el punto de vista económico. Algo que tendrá un impacto directo en las ventas de coches.

Para RethinkX, la cifra de coches en las carreteras norteamericanas podría pasar de los 247 millones que hay en la actualidad, hasta los 44 millones en 2030. Una cifra que supondría sacar de las carreteras millones de coches, muchos de ellos todavía con motores de combustión, y sustituirlos por modelos eléctricos.

Esto tendrá un importante impacto en diferentes ámbitos, como la reducción de los atascos en las grandes ciudades. Algo que facilitará y agilizará el desplazamiento de los propios coches autónomos, lo que los hará cada vez más interesantes. A esto se añade la reducción de emisiones contaminantes. Pero también habrá un importante impacto para los fabricantes de coches, que verán como el mercado se reducirá en torno al 70%, y con el las ventas.

Esto según el informe, destruirá casi por completo tanto a fabricantes, como a concesionarios, talleres de reparación, pero también se podrá llevar por delante a la mayor parte de las aseguradoras. Tampoco pinta muy claro el futuro para las empresas dedicadas a la explotación de carburantes fósiles, ya que la implantación del coche eléctrico supondrá una reducción del consumo de petróleo en un 25%.

La clave de todo será el aspecto económico. El estudio indica que los vehículos eléctricos y autónomos serán entre dos y cuatro veces más baratos que conducir en un automóvil con motor de combustión ya adquirido, y hasta 10 veces más barato que comprar un coche nuevo.

Esto es debido a factores como los menores niveles de mantenimiento, costes operativos, como seguro, impuestos..etc, y también a una vida útil más larga. El estudio estima que de media un coche eléctrico podrá llegar a los 800.000 kilómetros. Por su parte los usuarios se ahorrarán en torno a los 5.600 dólares cada año al renunciar a sus coches en propiedad.

Desde el estudio también se indica que para lograr que los coches lleguen al máximo nivel de autonomía, tendrán que darse todavía algunos factores, como el desarrollo propio de la tecnología, pero también de la legislación, y la percepción del gran público. Unos consumidores que tendrán que cambiar un chip muy arraigado de tener un coche en propiedad. Sin duda la parte más compleja.

Y todo esto en apenas 13 años. Un periodo de tiempo muy corto donde parece que de una forma u otra, veremos cambios muy importantes en la industria.

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