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A pesar del éxito de los SUV, los fabricantes no deben descuidar los segmentos más asequibles de cara a su electrificación

A día de hoy, es indiscutible que el tipo de carrocería que más crece en el mercado es la de los SUV. A pesar de que los modelos tipo hatchback (utilitarios y compactos) mantienen una buena salud en Europa, lo cierto es que las carrocerías monovolumen y sedán están en plena decadencia, con unas ventas cada vez más testimoniales. Una realidad que también se aprecia en Estados Unidos, donde por primera vez en año el turismo más vendido es un SUV: el Nissan Rogue (el vehículo más vendido es la pick-up Ford F-150).

Por ello, muchos fabricantes que están teniendo que invertir ingentes cantidades de efectivo en sus programas eléctricos están recortando en sus gamas de turismos para compensar: a día de hoy compensa perder oferta a cambio de centrarse en los segmentos más rentables del mercado, en este caso, los SUV. Hoy mismo conocíamos la noticia de que Ford eliminará casi por completo su gama de turismos en Estados Unidos, quedando sólo el Mustang como opción no crossover.

Ford no es la única marca siguiendo este tipo de estrategia, si bien es la primera que la lleva al extremo. Así, la oferta de SUV cada es mayor, algo que afecta directamente a la electrifiación del parque automovilístico: muchas marcas están apostando por este tipo de carrocería para lanzar sus primeros eléctricos de nueva generación. Es el caso del BMW iX3, el Jaguar I-Pace, el Hyundai Kona Electric, el KIA Niro EV, el Mercedes-Benz EQ C, el Audi e-tron Quattro…

Sin embargo y de acuerdo con los expertos, esta estrategia tiene sus riesgos. Una recesión económica o un cambio en los gustos del mercado podrían llevar a los SUV a perder cuota del mercado, quedando los segmentos tradicionales descuidados y sin ofrecer alternativas convincentes. Marcas como Nissan (precursora de la fiebre SUV actual, con sus Qashqai, X-Trail/Rogue y Juke) han anunciado que seguirán apostando por los sedanes porque prevén un cambio de las tendencias del mercado en el futuro, siguiendo una estrategia diametralmente opuesta a Ford.

Recordemos que a pesar de sus ventajas respecto al espacio, los SUV son modelos poco eficientes a nivel aerodinámico, más caros, y poco prácticos para moverse por ciudad, donde los coches de menor tamaño sacan más partido a la electrificación.

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