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¿Qué apartados necesitan mejorar estos coches eléctricos para ser mejor compra?

A día de hoy, los coches eléctricos son una opción minoritaria en el mercado. Si bien en 2018 y 2019 llegarán numerosas nuevas propuestas, y en 2020 y 2021 el mercado se verá inundado de coches eléctricos de todos los tipos y precios, a día de hoy la oferta disponible es bastante limitada. Por ello, los clientes tienen que elegir entre los pocos coches eléctricos disponibles en el mercado.

Sin embargo, muchas de estas propuestas pioneras cuentan con auténticas lagunas conceptuales en aspectos como la refrigeración, la practicidad, la carga… En este artículo, vamos a hacer un repaso de aquellos apartados que tienen que mejorar algunos de los coches eléctricos más populares del mercado.

  • BMW i3: el i3 es un modelo realmente interesante en aspectos como la potencia de su motor (170 cv) o el peso, realmente contenido gracias a su estructura de fibra de carbono. Sin embargo, desde su concepción fue un modelo realmente peculiar: tiene sólo cuatro plazas, sus diminutas puertas traseras con  apertura suicida son muy poco prácticas, su maletero de 250 litros es muy pequeño… La carrocería del i3, de extrañas proporciones, debería haberse diseñado de forma más convencional, para aprovechar mejor el espacio interior. Con unas puertas traseras normales, cinco plazas y un maletero algo más grande, el eléctrico bávaro seguramente habría tenido más éxito.
  • Hyundai IONIQ eléctrico: a priori, el Hyundai IONIQ es una compra redonda. Tiene un diseño atractivo, un precio de salida relativamente bajo, un buen espacio interior, mucho equipamiento y buenos acabados, es muy eficiente, su motor de 122 cv es lo suficientemente potente… Sin embargo, está lastrado por una batería de 28 kWh. Así, la autonomía se ve resentida frente a otras opciones del mercado. Sin lugar a dudas, una batería ligeramente más grande ayudaría a un modelo que sin embargo está teniendo un gran éxito. Tanto que la marca no puede abastecer los pedidos.
  • Nissan LEAF: el Nissan LEAF de segunda generación ha mejorado mucho respecto a la anterior generación. Así, cuenta con un motor de 150 cv, un sistema de conducción autónoma relativamente avanzado (ProPILOT), un interior totalmente remozado… Sin embargo, está limitado por un sistema de refrigeración inexistente, lo que ocasiona que la batería vea muy mermado su rendimiento en climas fríos y calientes, además de afectar a su degradación a largo plazo e incluso limitar su velocidad de carga. Precisamente la carga es otro de sus puntos débiles: todavía utiliza un formato CHAdeMO en lugar del estándar europeo CCS Combo. Sus 50 kW de potencia de carga además se quedan cortos respecto a los 100 kW que está comenzando a tener la competencia.
  • Renault ZOE: el eléctrico más vendido de Europa es un coche práctico, con una capaz batería de 41 kWh y relativamente barato. Sin embargo, adolece de ciertos problemas tanto por su concepción a priori económica como por su veteranía. Más allá de los plásticos duros de su interior o de la ausencia de equipamientos como faros LED o control de crucero adaptativo, el mayor problema del ZOE radica en la escasa potencia de su motor (algo parcialmente solucionado en la última versión R110), su mala aerodinámica, que penaliza su autonomía en autopista, y la ausencia de carga rápida en corriente continua (está limitado a 22 kW o 43 kW en corriente alterna según versión, lo que provoca que no pueda acceder a cargas rápidas en casi ningún caso).
  • Smart ForTwo/ForFour EQ: los modelos eléctricos de Smart son unas grandes opciones para ciudad. Lamentablemente, este es el único ámbito en el que se desenvuelven bien: con unas pequeñas baterías de apenas 17,6 kWh, ambos Smart eléctricos tienen una autonomía verdaderamente reducida, que los aboca a ser el eterno segundo o tercer coche de la unidad familiar, limitando su uso a trayectos urbanos o pequeños trayectos interurbanos.
  • Tesla Model 3: el modelo económico de Tesla es un vehículo realmente competente en muchos aspectos, pero que tiene que mejorar otros tantos. Para empezar, su calidad de acabados y sus ajustes son irregulares y dejan mal sabor de boca a la inmensa mayoría de usuarios. Su chasis, muy dinámico, peca de ser algo duro e incómodo. Su software todavía está incompleto, y zonas como los asientos traseros o la boca del maletero están directamente mal concebidos.
  • Tesla Model S: el buque insignia de Tesla es un gran modelo que sin embargo adolece de ciertos fallos. Más allá de la calidad de acabados mejorables, podemos destacar la mala concepción de su interior (ausencia de huecos portaobjetos o de bolsas en las puertas, de ganchos, mala altura en las plazas traseras…), así como unos faros full LED de iluminación pobre. Además, su chasis no está bien puesto a punto, pues si bien es cómodo, no es un coche dinámico o ágil en situaciones límite.
  • Tesla Model X: al igual que sus hermanos de gama, su mayor punto débil es la calidad de construcción. Sin embargo, también habría que destacar las puertas «Falcon Wings»: de aspecto espectacular y tecnológicamente avanzadas, a la hora de la verdad son poco prácticas (tardan en abrirse y en cerrarse), son caras y complejas de producir, restan espacio interior, son una fuente potencial de averías, en caso de que haya nieve en el techo esta cae al interior del vehículo cuando se abren, son difíciles de abrir en caso de accidente… En definitiva, una propuesta tecnológica y visual impactante, pero poco útil.

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