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¿Podrán los fabricantes de automóviles cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de forma rentable?

En las últimas semanas, estamos viendo como numerosos fabricantes se están enfrentando a diversos problemas a la hora de actualizar su gama de motores para cumplir con los nuevos requerimientos ambientales. Marcas como Volkswagen o Renault están parando la producción de algunos motores y cancelando pedidos por no poder adaptarlos a tiempo para la entrada en vigor del nuevo ciclo WLTP en septiembre.

Si bien estos problemas son temporales, lo cierto es que la industria del automóvil a día de hoy se enfrenta a un problema serio respecto a su incapacidad para cumplir con los límites de emisiones que se aprobarán en los próximos años. Según algunos estudios, la inmensa mayoría de marcas de automóviles tendrán que pagar cuantiosas multas a partir del año 2020 en Europa, pues sus gamas no alcanzarán sus objetivos de emisiones particulares.

Sin embargo, algunos grupos no tendrán que enfrentarse a dichas sanciones. Uno de ellos, según los cálculos realizados por algunos expertos, es la Alianza Renault-Nissan-Mitsubishi. ¿Por qué? Porque dado el peso de los coches eléctricos en las gamas de sus distintas marcas, el cómputo de emisiones del grupo será bajo.

Aunque el resto de fabricantes están apostando también por el coche eléctrico (con algo de retraso), lo cierto es que todos están modificando sus gamas de motores de combustión, tanto gasolina como diésel, para poder adaptarse a las nuevas regulaciones. En el caso de los motores diésel, la mayoría de marcas están apostando por instalar un depósito de AdBlue, una sustancia que actúa como catalizador. También se verá la proliferación de los sistemas mild-hybrid de 12 voltios.

El caso de los gasolina será más complejo y variado, al ser el tipo de motorizaciones que llevarán el peso en ventas durante unos años ante la caída del diésel. Así, muchos motores gasolina utilizarán tanto nuevos filtros de partículas FAP (hasta ahora reservados a los diésel), como sistemas mild-hybrid de 48 voltios.

Por otro lado, también proliferarán soluciones menos económicas, como son la hibridación pura (HEV), así como los híbridos enchufables (PHEV), siendo estos últimos la forma ideal de disminuir las emisiones en los motores de gasolina más potentes (solución que ya hemos visto en modelos como el Porsche Panamera).

¿Serán todos estos cambios rentables para los fabricantes? A corto plazo, parece claro que perderán dinero en el proceso, tanto por la enorme inversión a realizar, como por las cancelaciones de pedidos que están teniendo lugar; sin embargo, a medio plazo esta inversión podrá rentabilizarse en otras regiones del mundo  (Asia, Sudamérica, etc) cuando los límites de emisiones también se endurezcan y la inversión tecnológica ya esté realizada.

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