UGT afirma que España debe dejar a otros países liderar la implantación del coche eléctrico por miedo a las represalias de las multinacionales

UGT afirma que España debe dejar a otros países liderar la implantación del coche eléctrico por miedo a las represalias de las multinacionales

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Publicado: 12/12/2018 12:37

El secretario general del sindicato UGT, Pepe Álvarez, ha llevado a cabo unas polémicas declaraciones respecto al coche eléctrico durante una entrevista por televisión. Así, el líder sindical ha afirmado que «España no debe abanderar la implantación del coche eléctrico», en relación a la propuesta del gobierno central de prohibir la venta de coches térmicos en nuestro país para el año 2040.

De acuerdo con Álvarez, actualmente España produce sobre todo coches para exportación (el 80%; hay que recordar que actualmente somos el octavo mayor fabricante de automóviles del mundo, y el segundo de Europa tras Alemania y por delante de Francia, Italia o Reino Unido), dependiendo la industria nacional de las multinacionales, a las cuales «les molesta enormemente que un país en el que están para exportar abandere esta causa por delante de cualquier otro país».

Según Álvarez, España debe ser más prudente y dejar que sean otros países europeos los que abanderen el cambio al coche eléctrico, pues su fabricación podría requerir un 30% menos de mano de obra que la de los térmicos (algo en lo que nadie parece ponerse de acuerdo, pues muchos estudios sostienen teorías similares, mientras que otros afirman que la industria del coche eléctrico podría servir para crear numerosos nuevos puestos de trabajo).

«No tiene sentido que España aparezca capitaneando con la bandera que precisamente las multinacionales no quieren que se saque con la fuerza con que se está sacando, porque hay muy serias dudas de si el coche eléctrico va a ser la tecnología que efectivamente se imponga. El avance del coche eléctrico no va a depender de nosotros en absoluto».

Hay varios puntos verdaderamente curiosos en las declaraciones de Álvarez, empezando por el hecho de que afirme que España es el país que más abandera la causa del coche eléctrico cuando hasta hace apenas un par de meses no teníamos ningún proyecto gubernamental de transición energética, las ventas de coches eléctricos son paupérrimas en comparación con otros países europeos, y objetivos igual o incluso más ambiciosos que los propuestos por el gobierno han sido fijados por potencias como Francia, Alemania, Reino Unido, China o India.

Por otro lado, quizás convendría recordar que fabricantes como Volkswagen, Renault o Nissan están apostándolo todo al coche eléctrico, y que en los mercados clave su demanda se está disparando. Al ser España un país que principalmente exporta, precisamente más que nunca debe adelantarse a otros países para mantenerse competitiva.

Más allá de todo esto, el hecho es que son las propias multinacionales las que están adaptando las fábricas españolas para la llegada del coche eléctrico, algo que harán con o sin el apoyo del gobierno.

Así, la fábrica de PSA en Vigo fabricará ya en 2019 las versiones eléctricas del Peugeot 2008 y de las furgonetas Citroën Berlingo, Peugeot Rifter/Partner, Opel Combo y Toyota «K9»; la planta de PSA en Figueruelas comenzará también el año que viene a fabricar el Opel eCorsa, al cual se podría añadir en 2020 el Opel eMokka; Renault por su parte está preparando la factoría de Valladolid para ensamblar los packs de baterías de las versiones híbridas enchufables de los Captur y Megane; Nissan ya produce en su fábrica de Barcelona la furgoneta eléctrica e-NV200; Daimler acaba de empezar a producir la Mercedes-Benz eVito en sus instalaciones de Vitoria; y SEAT fabricará en Martorell la versión híbrida enchufable del León, al cual se podría unir más adelante el eléctrico Born-e.

Todo esto es sólo el principio, pues en los próximos años esta tendencia podría ir a más; por otro lado, tampoco estamos contando con fabricantes más minoritarios que sin embargo podrían servir para desarrollar una industria propia puntera, como es el caso de Irizar, Wolta, o incluso la mismísima Hispano-Suiza. ¿Realmente va a desaprovechar España su oportunidad de volverse todavía más competitiva a nivel industrial y asegurar su estabilidad en el futuro por el miedo al cambio de personas como Pepe Álvarez?

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