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Para que la revolución del coche eléctrico se pueda llevar a cabo, será necesario fabricar mejores baterías

El cambio del coche de combustión interna al totalmente eléctrico es un paso muy importante para la industria y para la forma en la que nos movemos, no solo las personas, pero también la forma en la que se transportan mercancías por carretera. La transición eléctrica, según los diferentes estudios y analistas, cada vez está más cerca de ser una realidad en muchos países del mundo, pero aún hay un tema a mejorar, las baterías.

El retraso en la implantación de los coches eléctricos a nivel global y la reticencia de los fabricantes por apostar por los vehículos totalmente eléctricos, además de por otras razones, ha sido por no disponer de una tecnología de baterías lo suficientemente avanzada como para proporcionar la energía eléctrica suficiente a estos vehículos limpios.

De hecho, si nos ponemos a mirar las baterías actuales, veremos como las celdas de iones de litio, tan comunes en los coches eléctricos actuales, cuentan con, en esencia, la misma tecnología que lleva viéndose desde hace ya mucho tiempo en dispositivos portátiles como teléfonos móviles. Y si aún indagamos más en la historia, descubrimos que la química que compone cada batería no ha sido alterada desde que Sony introdujese esta tecnología en el año 1991.

Los investigadores continúan trabajando en el desarrollo de nuevas tecnologías de baterías para hacerlas más capaces, y la industria está ahora llegando a los límites tecnológicos de la química utilizada en la actualidad. En los últimos 5 años, solo se ha conseguido aumentar entre un 1 y un 2% el rendimiento de las baterías cada varios años.

Gene Berdichevsky, ex-empleado de Tesla y CEO de Sila Nanotechnologies, trabaja con dos investigadores más en esta compañía para combinar 40 años de experiencia en el desarrollo y producción de nuevas tecnologías de baterías. De esta forma, han llegado a la conclusión de que la forma más rápida y mejor de incrementar la capacidad de una batería, al mismo tiempo que se reducen significativamente los costes de producción, es la utilización de las baterías avanzadas de iones de litio.

Aunque los avances en electrolito sólido, supercondensadores de grafeno y pilas de combustible de hidrógeno ocurren de forma común, estas tecnologías cuentan con puntos negativos y complicaciones para llevarlas a producción. Básicamente porque estos desarrollos solo se prueban en condiciones ideales de laboratorio y no en entornos reales.

Pero, aunque estas tecnologías consigan perfeccionarse, lo cierto es que necesitamos una mejor forma de almacenar la energía eléctrica, y la necesitamos ahora. La infraestructura para las baterías básicas de iones de litio ya existen de forma global, siendo capaces de producir 285 GWh cada día. Para el año 2028, se espera que la capacidad de estas fábricas aumente hasta los 1,45 TWh.

Una gran ventaja de las baterías avanzadas de iones de litio, es que pueden aprovechar la infraestructura de producción actual, prácticamente de forma inmediata y sin añadir costosos cambios a la línea de producción. La diferencia se basa en sustituir el grafito por el silicio, pudiendo incrementar hasta un 20% la capacidad energética, y hasta un máximo teórico de un 40%.

Este avance en la tecnología permitirá baterías de tamaño más compacto, con más capacidad e incluso, menos peso, haciendo que los coches eléctricos sean más eficientes.

Fuente | CNN

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