Estas últimas semanas el programa de coches eléctricos de Volkswagen está metiendo una nueva marcha tanto con el inicio de la producción del ID.3 en Alemania, como con el anuncio del inicio de los trabajos para que la fábrica que el grupo tiene en la localidad estadounidense de Chattanooga pueda también producir eléctricos. Ahora además sabemos que además de coches, VW también prepara sus instalaciones para fabricar sus propias baterías.
El anuncio se realizó poco después de la ceremonia de inauguración de una expansión de la planta de Chattanooga, donde Volkswagen invertirá en una primera fase 800 millones de dólares para poner en marcha las primeras líneas de producción de coches eléctricos.
De forma paralela se pondrá en funcionamiento una instalación que se dedicará a la producción de los packs de baterías. Unas baterías cuyas celdas serán fabricadas por la coreana SK Innovation en Commerce, Georgia, desde donde se enviarán a Chattanooga para que el fabricante germano las ensamble.
Esto permitirá a VW gozar de una mayor flexibilidad y rapidez de suministro, al mismo tiempo que logra controlar buena parte de la cadena de suministro de sus eléctricos. Aspectos que favorecerán una mayor velocidad en la producción, en una instalación que les permitirán reducir los costes logísticos de enviar vehículos o componentes desde Alemania o Corea, además de sortear posibles futuras guerras comerciales.
Los trabajos para completar las instalaciones necesitarán al menos dos años, cuando VW planea comenzar la producción del crossover compacto ID.4X. A pesar de esto, el SUV estará disponible en Estados Unidos a finales de 2020, pero las primeras unidades serán producidas en la planta que Volkswagen tiene en Zwickau, Alemania.
Una noticia que por un lado tiene la parte positiva, y es que Volkswagen quiere adelantarse a una previsible alta demanda de sus coches eléctricos en los próximos años. Algo que sin una debida planificación podría tener como resultado un cuello de botella ya sea en la producción de baterías, o en el propio número de unidades que las fábricas puedan sacar adelante.
Pero por el otro lado vemos que para levantar unas líneas de producción extra, que compartirán espacio con la actual producción de vehículos con motor de combustión, Volkswagen necesitará nada menos que dos años. Un plazo que a la vista de otras instalaciones mucho más grandes, parece demasiado pesimista o poco ambicioso.
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Vía | Autonews
