Guoxuan confirma la llegada de sus nuevas baterías libres de cobalto con 260 Wh/kg

Una de las partes más polémicas relacionadas con las baterías de litio es su dependencia de componentes escasos y caros como el cobalto. Un mineral procedente principalmente de la República Democrática del Congo donde diferentes grupos acusan a la empresas de no respetar los derechos humanos de muchos trabajadores. La alternativa son las baterías de litio-ferrofasfato libres de cobalto, que caminan de una forma sostenible hacía las cifras de densidad energética que las conviertan en competitivas dentro de sectores como el coche eléctrico.

Una de las compañías que más fuerte están apostando son los chinos de Guoxuan, participada por grupos como Volkswagen, que ha presentado los últimos avances de su tecnología de baterías LiFePO4 que llegarán en los próximos años al mercado con la intención de revolucionar el sector con su bajo precio.

En cuanto a los objetivos de densidad de energía, el vicepresidente de Gouxuan, Huang Zhangxi, ha confirmado que los objetivos es llegar a los 260 Wh/kg con las celdas LiFePO4 en 2022, y a los 350 Wh/kg con las celdas de litio NCM.

Esto supondría en la práctica un salto adelante del 37% respecto a los objetivos de densidad energética para este 2020, lo que nos da una medida de la evolución que esperan lograr con estas baterías en los próximos meses.

Si tenemos en cuenta que habitualmente las cifras que nos indican con el celda, luego hay que contar con las pérdidas al meterlas en el pack, esto nos indicaría que en dos años las baterías de litio-ferrofosfato podrían alcanzar unas cifras similares a las de litio actuales más punteras, en torno a los 220 Wh/kg.

Un punto de inflexión que supondrá en la práctica el poder ofrecer vehículos con autonomías más que decentes, 400 o 500 km reales, sin lastrar demasiado el peso y con un precio mucho más competitivo que los modelos con celdas de litio NCM o NCA.

Podemos añadir a la balanza de puntos positivos el lograrlo con un impacto ambiental y humanitario menor, al contar con una vida útil más larga, y una producción sin depender del cobalto.

Una tecnología que permitirá electrificar principalmente vehículos de bajo coste, pero también modelos industriales donde el espacio no sea un problema y donde la cuestión económica sea la determinante a la hora de optar por una alternativa u otra.

Vía | PushEVS

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